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Zapatero, a tus zapatos
Empezó el sonajero de los nombres que ocuparán cargos en las nuevas administraciones.
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Lunes, 9 de Noviembre de 2015

Ahora que  el año termina y con él termina el mandato de alcaldes y gobernadores. Ahora que ya empezó el sonajero de los nombres que ocuparán cargos en las nuevas administraciones.

Ahora que los electos funcionarios andarán estresados pensando en la conformación de sus gabinetes para darles participación justa y equitativa a los grupos, minigrupos, partidos y seudopartidos que los eligieron. Ahora que muchos electores estarán haciendo  cuentas alegres sobre las posibilidades de su nombramiento.

Ahora que las recién electas autoridades estarán pensando en hacerles pistola a algunos de sus amigos.

Ahora que es la hora de que se cumpla aquel mandato bíblico de que muchos serán los de las ternas y uno solo será el escogido. Ahora es la hora de que yo meta la cucharada y dé algunos consejos a los gobernantes.

Lo hago, sabiendo que me llamarán sapo y metiche, y que muchos se meterán con doña Desideria, mi mamá.

Pero lo hago por amor a la patria, a mi tierra, a mi región, a mi departamento y a mi ciudad. Ya le advertí a la pobre vieja, de 95 años, que si le pica la oreja izquierda con mucha intensidad, no es que estén hablando mal de ella, sino que seguro tiene el oído lleno de cera.

Y les advierto a mis insultantes amigos, que tengo puesta la muda de caucho, de modo que todo lo que me tiren, rebota. Hasta los madrazos.

Lo primero que debo decir es que esto de los nombramientos de los colaboradores de toda administración es un rollo complicado, tan o más complicado que elegir reina en Cartagena. Por eso les hago estas recomendaciones a tiempo, para que después no tengan que salir corriendo a nombrar al primero que se les atraviese en el camino.

Lo segundo que hay que advertir es que ojalá, de ser posible, nombren gente honesta, capaz y transparente, y no  al candidato mediocre que le da el amigo que le financió la campaña.

Con esas dos observaciones, sabrán ustedes, los que nombran, que el nombrado debe obedecer a lo planteado en el título de esta columna: Zapatero, a tus zapatos.

Me explico: En Salud deben nombrar a un médico, que sepa de administración médica y hospitalaria. Llegan a veces a esta rama, abogados o ingenieros, que no saben diferenciar el ébola del chikunguña o que creen que la gastroenteritis coleriforme es un gato enterito con uniforme.

En Infraestructura y vías, el favorecido debe ser un ingeniero y no un médico ni un zootecnista.

En Educación hay que nombrar un maestro y en Cultura, un pintor o un escritor o un gestor cultural.

Zapatero, a tus zapatos, es una norma sencilla que impide poner a un talabartero a hacer panes, o un lustrabotas a fabricar zapatos, aunque suena parecido.

Zapatero, a tus zapatos, quiere decir que cada quien rinde en lo que sabe hacer, y no en lo que le digan que tiene que hacer y de lo cual no tiene ni idea.

Otra cosa son los asesores que debe haber en todas las oficinas: jurídicos, financieros, relacionistas, profesionales en diversas ramas, que le ayuden al jefe a salir del atolladero en que se metió al aceptar el papayazo que le dieron.

Espero no haberme metido en camisa de once varas. Y si me metí, espero que estas ideas ayuden a quienes sea, a que hagan las cosas bien. Recuerden que el palo no está para cucharas.

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