La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
Universidades en crisis
La educación superior debe transformarse, requiere planeación e inversión para consolidar universidades que desarrollen programas innovadores.
Authored by
Martes, 30 de Julio de 2024

El modelo clásico de universidades está en crisis ante los cambios que sufre la sociedad y la economía a raíz del desarrollo científico-tecnológico y la crisis ambiental; en este marco, las empresas y los trabajadores demandan transformaciones institucionales en las universidades (y en los gobiernos), para responder a los retos políticos y sociales que trae consigo para las democracias contemporáneas, y lo que no es menos importante, lograr una inserción favorable en las cadenas globales de valor.

En este contexto, las universidades de clase mundial se han adaptado a estos cambios o simplemente los han provocado desde su interior, esto requiere de tiempo como expresa Jamil Salmi (2009), además, de un conjunto de factores que lo hacen posible: concentración del talento, recursos suficientes (públicos y privados), gobernanza adecuada y la conjunción de factores de éxito donde juega un rol destacado: una docencia de calidad, la apertura al talento nacional y extranjero de estudiantes e investigadores, una productividad científica de impacto y un reconocimiento al mérito, a la disciplina y al trabajo académico.

Miguel Urquiola (2024) agrega que en general las universidades deben aprovechar los aprendizajes y las experiencias internacionales de EE. UU., y China; evaluar su gestión y según las condiciones locales y las restricciones presupuestales pueden avanzar en programas de pregrado y posgrados donde se fomente la investigación. Esto requiere de apoyo político y social.

Ahora bien, las universidades colombianas no deberían ser ajenas a esta realidad. En primer lugar, porque la población de 17 a 21 años que demanda los servicios universitarios disminuye dentro de la pirámide demográfica, el cual se conjuga con un cambio en sus expectativas de vida, provocando que las cohortes de primeros semestres sean más pequeñas, y ante una competencia nacional y extranjera, las universidades presentan problemas en la apertura de su oferta de programas académicos clásicos.

En segundo lugar, porque la oferta institucional colombiana se caracteriza por una competencia numerosa. Por ejemplo, el sistema universitario está integrado por 300 instituciones de educación superior con aproximadamente 12.680 programas académicos, donde persisten problemas de cobertura, de calidad y pertinencia.

Bajo este escenario en 2022, Colombia ha logrado avances en cobertura en educación superior cercanos al 54,9%, mientras que países como Argentina o Chile presentan coberturas del 80%.  

En cuanto a la calidad, el 30% de las instituciones están acreditadas, y cuando se combina con los programas con acreditación, este valor, se incrementa al 55,44% con respecto a la matricula total.

En tercer lugar, en lo relativo a las metodologías de formación universitaria, el modelo clásico de la presencialidad representa el 73,94%, seguido por distancia virtual con 18,08% y el 7,85% con distancia tradicional, mientras que el 0,09% y el 0,02% respectivamente se da en condiciones de presencialidad virtual y dual.

Al respecto, al revisar los cambios en la matrícula universitaria las reducciones más significativas se presentan en los programas con metodologías de presencialidad clásica y distancia tradicional; mientras se incrementa en los programas con modalidades de distancia virtual y presencialidad con virtualidad.

Por su parte, por niveles de formación hay incrementos en matriculas que se concentran en pregrado en los programas técnicos profesionales y en tecnologías, mientras que, en posgrados los aumentos se presentan en maestrías y doctorados.

En cuarto lugar, hay que añadir las brechas de pertinencia educativa a raíz de las transformaciones económicas y tecnológicas globales que provocan cambios en las necesidades del sector productivo, en las expectativas de vida y los aprendizajes de los jóvenes, así como en las democracias contemporáneas.

En síntesis, la educación superior debe transformarse, esto requiere planeación e inversión para consolidar universidades que desarrollen programas de pregrado y posgrado innovadores que posibiliten la investigación y la internacionalización como nueva fórmula de proyección social, para esto, debe adecuarse una oferta curricular y pedagógica bajo modalidades y niveles de formación híbridos.


Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion

Temas del Día