Al retomar la pluma para escribir esta columna, revolotea una serie de asuntos preocupantes que merecerían ser abordados, pero sobre los cuales surgen diariamente innumerables comentarios en todos los periódicos.
La crisis de Venezuela, que nos duele en el alma; el incierto futuro de Colombia; la campaña electoral que se avecina; el cambio climático; el terrorismo etc., están a la orden del día como inaplazables problemas a resolver.
Pero he optado, en esta ocasión, por referirme a un estudio interesantísimo adelantado por la historiadora María Clara Valero Álvarez sobre el recurso hídrico del Municipio de Pamplona, que pronto será publicado.
La autora aborda una de las problemáticas de mayor actualidad como es el conocimiento, protección y uso del agua, uno de los recursos de mayor valor para la humanidad.
“El tema estudiado en la presente cartilla obedece primordialmente a la intención de divulgar información importante para el presente y el futuro de los pamploneses. La abundancia de agua que aún existe en la jurisdicción de Pamplona de Indias es de un beneficio incalculable; es tan importante que se puede constituir en un poderoso factor de desarrollo y bienestar social si se sabe manejar y aprovechar sosteniblemente.”
Así define María Clara Valero el objetivo y alcance que le quiso dar a su trabajo.
De este interesante estudio se deduce que Pamplona está ubicada en una zona de inmensa riqueza hídrica que, lamentablemente, ha sido gravemente afectada por la mala utilización de las fuentes, y en muchos casos por su destrucción.
Su origen geológico, según lo reseñó el científico Enrique Rochereau, sacerdote eudista que vivió largos años en Pamplona, al parecer, se remonta a la presencia del mar hace millones de años, que se alejó cuando emergió la Cordillera de los Andes, y, luego, se formó una laguna que también desapareció cuando se abrió una enorme grieta en el sitio que se denomina El Dique.
María Clara Valero denominó su estudio como Cartilla, porque está destinado a ilustrar a los habitantes de la ciudad sobre este irremplazable recurso natural, y, sobre todo a los niños y jóvenes con el propósito de que lo conozcan, lo protejan y lo usen adecuadamente.
En la Cartilla se describen las fuentes de agua actualmente existentes, y se aproxima a identificar las que se han extinguido con el paso de los años por la acción depredadora del hombre. Pero, es muy interesante el análisis de las obras que desde la época de los “chitareros” se hicieron para su control tratando de evitar los daños de las inundaciones y las sequías, así como las que construyeron los colonizadores españoles desde la fundación de la ciudad de Ursúa.
En esta parte, la lectura del estudio nos sobrecoge por los inmensos daños que se han causado a esa infraestructura verdaderamente notable, e invita a hacer una llamado a las autoridades nacionales, departamentales y municipales para que se aboque con seriedad la protección de lo que aun perdura, y se tomen las medidas adecuadas para la preservación del agua como elemento indispensable para la supervivencia de las actuales y las venideras generaciones.