El alcalde Donamaris recibió la noticia que el título que le otorgaron en septiembre de 2014 como Doctor Honoris Causa en Derecho Internacional Humanitario por parte de una presunta y distinguida universidad de los Estados Unidos (Logos International University – LIU) era falso toda vez que el gobierno americano no reconoció estatus a esa entidad y tampoco le convalida los títulos a egresados.

La noticia que leí me dejó asombrado no solo por el escenario que escogió para la ridícula ceremonia con motivo de la rendición de cuentas del año inmediatamente anterior, sino por las palabras que dirigió al grupo de personas que debieron estar en el sitio: “Llevaré en mi corazón y haré honor a esta dignidad”.

La verdad, la indumentaria utilizada para la entrega del “título de doctor” apuntaba a un verdadero reconocimiento que solo la vanidad de nuestro alcalde podía creer y por supuesto su grupo de séquitos que aplaudían con los ojos humedecidos por el aparente éxito de su jefe mientras la ciudad entraba en la fase final del infarto en la semaforización y tanto la delincuencia como la informalidad parecían ser las personas que postularon a nuestro alcalde para la inocentada más grande en materia académica.

Las medallas, las distinciones y los homenajes deben hacerse a quien realmente se lo merecen y no a quienes ocupan cargos públicos toda vez que es una obligación hacer bien las cosas porque hacer algo más de contemplado, obedece a criterios de responsabilidad que a mi modo de ver no están presentes en el alcalde.

Un reconocimiento con altura de Doctorado Honoris Causa es otorgado a personas cuya trayectoria académica y profundidad profesional ha sido brillantes en el tiempo y además las publicaciones de libros y otros escritos han aportado conocimiento y ejemplo a la humanidad. Son muchos los ejemplos de personas que han obtenido tal distinción y la gran mayoría son investigadores de los derechos humanos como quiera que su violación ha sido y será motivo de repudio mundial.

No creo que a la fecha, nuestro alcalde tenga las evidencias de hecho o escritas relacionadas con el tema porque ese sueño de obtener títulos de universidades extranjeras debe quedarse por el momento en eso: un sueño, porque soñar no cuesta nada.