Ya se ha hecho costumbre, en esta inesperada cuarentena, escuchar los avances de los graves efectos de la pandemia del COVID-19, con las crecientes cifras de contagiados y muertos. Según los analistas, nunca la humanidad había enfrentado tan dura prueba, razón por la cual para muchos esta es la verdadera primera guerra mundial, pues mientras la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y Segunda Guerra Mundial (1939-1945) se concentraron en Europa, la pandemia actual es de cobertura total, no respeta territorio, tiempo, nacionalidad, ideologías, raza, estrato, profesión, edad, sexo, ni tiempo.
En este aislamiento, por ahora sin límite de tiempo, hemos pasado Semana Santa en medio del arrepentimiento y aprovechamos el Dia Mundial de la Madre Tierra (22 de abril) para hacer una reflexión profunda, mientras el presidente Duque resaltaba que Colombia es una patria bendecida, pues somos el segundo país con más biodiversidad del planeta, tenemos el 50 por ciento de los páramos del mundo y una riqueza inmensa en flora y fauna.
Casi en silencio celebramos el Día del Idioma (23 de abril) y con alegría o tristeza, dependiendo de la presencia o ausencia de los niños, esperamos la celebración del Día de la Niñez, el cual se celebra desde hace dos décadas el último fin de semana de abril.
Y como fruto de esta inesperada situación, la economía pasa su factura la cual se refleja en dramáticos cuadros alrededor del mundo. Los precios de las materias primas, como el petróleo, han caído estrepitosamente, así, el precio del barril del WTI de referencia en Estados Unidos, cayó por debajo de cero dólares (-37,63), lo que equivale a decir que pagan para que se lo lleven.
Como casi siempre sucede en estas situaciones, la gran excepción es el oro, cuya cotización se ha ido elevando. Según el Bank of American -BofA-una onza del metal dorado podría llegar a costar en 18 meses 3.000 dólares. Esta situación ha servido para despertar los sentimientos de solidaridad y para valorar tantas cosas que en el diario acontecer desconocemos.
Tal vez lo único que no ha podido el coronavirus es lograr un acercamiento entre los líderes de las potencias mundiales. Las acusaciones de los funcionarios de China y Estados Unidos, son el pan nuestro de cada día. Tampoco ha podido ocultar el protagonismo de personajes como Maduro, quien expresó que Venezuela está preparada para vender petróleo a 10 dólares.
Y en medio de esta cruda realidad, crecen las preocupaciones por el futuro de Corea del Norte, ante los rumores sobre el grave estado de salud de su líder Kim Jong-Un.
Aquí en lo único que no podemos perder las esperanzas es en una pronta noticia sobre la vacuna capaz de evitar los daños de este peligroso virus y en los efectos positivos de los tratamientos. Amén.
