El gobierno del cambio tiene sometido a los colombianos a sufrir una violencia inhumana en numerosas regiones, y a vivir diariamente con sobresaltos por las reformas que propone y las medidas que adopta. Esto sin contar los paros, los bloqueos en las carreteras y las manifestaciones cada vez más agresivas de los sectores ciudadanos que se sienten defraudados o desatendidos.

No se comprende cuál es el propósito de un presidente que vive más atento de lo que pasa en Gaza y en Ucrania, y más preocupado por el cambio climático universal que pendiente de la población colombiana que sufre hambre, de los desplazados que tienen que abandonar lo poco que tienen, de los líderes sociales asesinados todos los días, de las víctimas del sicariato y la extorsión.

Algunos creen que el presidente Petro se ha convertido en un líder universal porque en sus interminables viajes, sin beneficios para Colombia, es mencionado por los medios de comunicación. Pero es la prensa nacional la que registra sus periplos porque en el exterior su presencia pasa casi inadvertida y sus discursos son una repetición anodina sobre asuntos más que trillados.

En conclusión, ¿qué busca el presidente?. No hay que darle más vueltas ni llamarse a engaño con sus afirmaciones contradictorias y populistas: Al señor Petro lo único que le interesa es seguir en el poder porque es un megalómano, y sabe que todo lo que deje su gobierno es un desastre que en algún momento será descubierto si él no continúa.

Además, analizando su actuación como primer mandatario se llega a la conclusión de que Petro no gobierna, sólo ordena a los que puede obligar, porque casi todos sus funcionarios actúan sin control, se aprovechan del cuarto de hora que les llegó de carambola, y se enriquecen en el cumplimiento de las instrucciones que reciben para que compren conciencias y votos.

En la historia de Colombia ha habido gobiernos de todas las calificaciones, pero difícilmente se encuentra uno dirigido con tanto cinismo y con tan evidente ignorancia. Cuando lo único que se quiere es continuar gozando de lo que la república ha construido con el esfuerzo de todos en medio de tantas dificultades, no se necesita saber nada, ni prever el futuro del bienestar ciudadano, ni preocuparse por quienes con su trabajo han forjado el progreso del país. Sólo se necesita voracidad.

Petro quiere que sigamos discutiendo si hay o no constituyente, que los proyectos de ley se aprueben o no en el Congreso, que perdamos el tiempo interpretando sus afirmaciones que no son más que argucias para distraer incautos, mientras soterradamente sigue socavando las instituciones nacionales para que dejen de ser obstáculos a sus apetencias.

Lo que necesita Colombia no es un discurso romántico de oposición sino la Resistencia Civil de los colombianos para defender nuestra Patria que está en peligro, como tantas veces se advirtió. El modelo que tiene Petro en su cabeza es Cuba, Venezuela y Nicaragua. Su sueño no es sacar a los pobres de la miseria como falsamente afirma, sino rodearse de seguridad para conservar sus privilegios y diversiones.

ramirezperez2000@yahoo.com.mx

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