Hoy quedarán elegidos los nuevos Congresistas de Colombia. Atrás quedará la ciudad altamente contaminada luego de miles de toneladas de papel y demás materiales utilizados antes y durante el proceso democrático.

Las cuentas de muchos son un poco infladas y las de algunos periodistas radiales, ni se diga, puesto que desde hace tres meses ya eligieron a las personas que nos representarán y eso es muy común en ellos.

Según los datos de la Registraduría, en el año 2014 votaron 406.240 personas, de las cuales, el 5,85% no marcaron el tarjetón y el 9,82% se les fue anulado el voto. Esos datos equivalen a 76.732 votos que no tuvieron validez. 

Por otra parte, de muchas regiones de Colombia vinieron los aspirantes a pescar votos y lo consiguieron. 

Tan solo para citar algunas personas tenemos que Bernabé Celis, del Partido Cambio Radical se alzó con 4.297 votos. Bernardo Miguel Elías (Ñoño Elías) cabeza visible del Partido de la U, se llevó 3.800 votos. Roberto Gerlein, que no participa en esta ocasión y que representó al Partido Conservador, obtuvo 2.245 votos y Jaime Durán, activo Senador del Partido Liberal, obtuvo 2.223 votos.  

La sumatoria de sufragios de tan solo cuatro personas fue de 12.835 y la totalidad, fueron más de cien mil votos de políticos, algunos de ellos, que nunca pisaron tierras nortesantandereanas. 

Entonces, si sumamos los votos no marcados, más los nulos, más los que se llevan, quedarían algo menos de 250 mil votos para ser distribuidos en los aspirantes de la región, que a la final son los únicos que se perjudican, porque es la misma comunidad la que le exige resultados y son las mismas personas que presuntamente negociaron algún resultado electoral para aspirantes foráneos.

Por ejemplo, nunca he leído una sola noticia en la cual, la comunidad de algún municipio de Norte de Santander, le reclama a la senadora Nidia Marcela Osorio Salgado, su falta de apoyo en el mejoramiento de nuestra red terciaria y en cambio, sí pudo venir por los 7.022 votos. Pudiera llenar la columna de ejemplos iguales, pero no vale la pena. 

También sucede que algunos parlamentarios, adquieren diferentes compromisos y en lugar de cubrirlos, prefieren explorar nuevas regiones para hacer exactamente lo mismo y de ahí la poca o nula credibilidad de las personas que apoyan económicamente los gastos de una campaña política.  

El porcentaje electoral que se pierde o se diluye en las manos de los ciudadanos, tiene múltiples factores, además la falta de pedagogía electoral y sea cual fuere la decisión de apoyar a uno u otro, debemos evitar que se pierda el ejercicio democrático. Después no nos quejemos.