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San Andrés: a revisión
El decidido rechazo de Colombia a la actuación de la Corte de la Haya hace necesario revivir el plan que tuvo el gobierno para resarcir al archipiélago .
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Sábado, 19 de Marzo de 2016

La decisión de la Corte en la Haya obliga a repasar la posición del jurista disidente, que siempre estuvo en desacuerdo con lo que hacían los abogados de la Cancillería y sus asesores internacionales. Se trata del abogado Enrique García Liévano que ha sostenido desde hace años que la pretensión de Nicaragua desconoce la Real Orden de 1803 que hizo depender a las islas de San Andrés y Providencia y la costa de Mosquitos del virreinato de Nueva Granada y no de Nicaragua. Esta Real Orden nunca ha sido derogada. Fue ratificada por otra en 1805 y desde entonces, salvo por una breve interrupción causada por la invasión inglesa de 1806 a 1807, “el Virreinato de Santafé, la Nueva Granada y luego la actual República de Colombia, ha ejercido ininterrumpidamente actos de jurisdicción y soberanía sobre la antigua Costa de Mosquitos colombiana y nuestro Archipiélago de San Andrés. La Real Orden de 1803 es por lo tanto el título genuino que tiene Colombia sobre el archipiélago de San Andrés”. ( Enrique García Liévano, “Las Pretensiones de Nicaragua sobre San Andrés”, Credencial Historia No161, Biblioteca Virtual de la Biblioteca Luis Angel Arango, 2003)

Ahora que el gobierno de Colombia ha decidido con el respaldo de la mayoría de los colombianos no seguir compareciendo a la Corte y no acatar sus fallos, la línea expuesta por Gaviria Liévano y la tradición de pertenencia del archipiélago y la costa de Mosquitos a España, y posteriormente a Colombia, que se remonta mucho más allá de 1803, debería ser la línea conductora de la posición de Colombia hacia adelante. Le comunica dignidad y tradición a las posturas del gobierno. Más que los esguinces y sutilezas del legalismo incierto que poco impacto han tenido como soporte de los derechos de la Nación. Cabría también preguntar si el título genuino que tiene Colombia sobre el archipiélago incluye a la costa de Mosquitos porque esa región tiene plena afinidad cultural y lingüística con San Andrés y Providencia.

El decidido rechazo de Colombia a la actuación de la Corte de la Haya hace necesario revivir el plan que tuvo el gobierno para resarcir al archipiélago y a sus habitantes por la pérdida ocasionada por la hábil estrategia jurídica de Nicaragua en dicha corte y nuestra comparativa ineficacia. Muchos de los programas que se concibieron en la Presidencia de la República para esto no han sido ejecutados. Por ejemplo, la puesta en marcha del ferry entre San Andrés y Providencia que le pondría fin al aislamiento forzado de esta isla fue pospuesta supuestamente porque se iba a crear “un SATENA de ferries”. Los planes de transporte público de San Andrés y de Providencia nunca arrancaron. El compromiso de sustituir energía generada con combustible diésel primero por gas y luego por fuentes sostenibles quedó en veremos. El proyecto de autosuficiencia alimentaria y generación de empleo no anda. Agua todavía escasea. Ha mejorado la seguridad, pero la idea de arrebatarle la juventud al narcotráfico no pegó.

El Presidente estuvo el viernes en San Andrés reviviendo estas ideas. Esto ha sido bien recibido, pero con escepticismo. Para vencerlo, y para reafirmar soberanía con el apoyo comunitario es indispensable comenzar a ejecutar esos programas.

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