Como lo he registrado con anterioridad, la Corporación Vía Pamplona es una iniciativa privada que de manera permanente ha insistido en la adopción de un plan de manejo y protección del centro histórico de Pamplona, y proyectar los conceptos de conservación del patrimonio natural, cultural y arquitectónico en toda la provincia.
El quinto foro celebrado el 11 de diciembre en las instalaciones de la Universidad de Pamplona sirvió para conocer los adelantos del Plan Especial de Manejo y Protección del Centro Histórico para la ciudad, y del Comité Técnico Asesor de Patrimonio Arquitectónico que se creó para tal fin.
El balance es frustrante porque la oficina de planeación municipal que debe convocar al Comité no le dio mayor importancia y, por el contrario, otorgó innumerables licencias de construcción sin atenerse a los lineamientos del Plan ni al concepto del Comité. Es la triste realidad que ha permitido la destrucción del patrimonio histórico de Pamplona.
El arquitecto pamplonés Oscar Villamizar, presiente de la Corporación Vía Pamplona, es el motor de estas iniciativas, y por su experiencia profesional y su formación académica en el exterior es quien puede hacer los mejores aportes para el desarrollo armónico del centro histórico de la ciudad con obras arquitectónicas contemporáneos de calidad. El mejor ejemplo de ello es la remodelación del Parque Águeda Gallardo que se hizo con recursos del Ministerio de Cultura.
También fue estimulante la disertación que hizo el alcalde electo de la ciudad, doctor Ronald Contreras, quien de manera franca se comprometió a seguir los lineamientos legales y administrativos creados para proteger el patrimonio cultural.
Mostró el nuevo alcalde energía suficiente para superar los escollos que la corrupción y la ignorancia surgen para impedir cumplir este propósito, que está ideado para beneficio de la mayoría de ciudadanos, excepto para quienes se lucran con construcciones que contrarían la estética y destruyen lo valioso de nuestra arquitectura colonial y republicana.
La conservación y respeto por lo existente no significa simplemente inmovilizar a la ciudad y hacer imitaciones mediocres en las nuevas construcciones.
Se trata de tener claridad sobre qué es lo digno de proteger, y orientar la nueva arquitectura con buenos proyectos que armonicen lo contemporáneo con lo heredado.
Por cierto, no es una tarea fácil hacer entender estos conceptos que están pensados para que poblaciones como Pamplona, que tienen una larga historia y una presencia sobresaliente en el país, se conviertan en atractivos turísticos y culturales que dinamicen su economía y generen empleos y bienestar para todos.
El nuevo alcalde puede contar con el respaldo de entidades como la aquí mencionada, y de personas que comprenden esta realidad. Además, la Universidad de Pamplona debe ser el apoyo académico para desarrollar los conceptos aquí expresados, para lo cual tiene entre sus profesores y alumnos profesionales de la más alta calificación.
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