Se lee en la página oficial de la Organización Panamericana de la Salud que cada 10 de septiembre se celebra el día mundial para la prevención del suicidio, organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cual tiene el objetivo general de crear conciencia acerca de la prevención del suicidio en todo el mundo. Este es, sin duda un programa de salud pública.
La salud mental cuando se encuentra afectada encuentra como una especie de puerta de escape el autodaño que puede terminar en el suicidio. Esta organización pública también alerta sobre el hecho que los suicidios y los intentos de suicidio tienen un efecto dominó que afecta no solo a las personas, sino también a las familias, las comunidades y las sociedades.
La falta de políticas encaminadas a ejercer control sobre las acciones que conducen al suicidio reflejan en las estadísticas que vamos en caminos opuestos a los países que históricamente lo han padecido en mayor proporción. En 2021 hubo en Japón 20.999 casos, un 39 % menos que en el 2003, mientras que en Colombia se registraron 3.049, un 33 % adicional. La tasa en Japón cayó a 17 por 100.000 habitantes y en Colombia ascendió a 6 por 100.000 habitantes. Aunque no tenemos cifras muy elevadas, esos datos nos ubican en un puesto intermedio, de por si preocupante.
Los jóvenes son los más afectados, quienes presentan condiciones como la soledad que ocurre sobre todo por el aislamiento en una sociedad cada más interconectada. Se sabe también que el acoso escolar incide en este tipo de conductas, también tienen importancia los resultados académicos y los conflictos familiares. Una publicación del año anterior que proviene del servicio de Psiquiatría del Hospital Militar Central, anota que la segunda causa de muerte en el grupo entre los 10 y 24 años es el suicidio y 17% de los jóvenes en el último año consideró hacer un intento de suicidio.
En nuestro país en 2021 el número de personas quienes requirieron servicios de salud mental fue 1.863.551 y apenas 687.636 (36,9%) fueron atendidas al menos una vez, siendo los adolescentes quienes recibieron más atención. Las Estadísticas Vitales del DANE indican que en el 2022 hubo 3.018 suicidios, con una tendencia moderada de aumento en relación con el período 2019-2021, cuando se presentaron 8.727 casos.
Entre nosotros ¿Dónde está el mayor número de suicidas? Son los hombres, 3 por cada mujer suicida, la mitad eran solteros y el 22% vivían en unión libre. Entre los adolescentes y el grupo de jóvenes estaba el 42.4% para el año 2021.
Las enseñanzas que se pueden adoptar de otros países podrían ser una buena alternativa para intentar reducir el número de suicidios. Así, por ejemplo, en Japón, Dinamarca y Hungría, identificaron la no existencia de alguien a quien solicitar ayuda, a partir de entonces han dispuesto de líneas telefónicas que han dado resultados positivos y cruciales.
Se invocan también por parte de la OPS y OMS las principales medidas de prevención del suicidio incluyen restringir el acceso a los medios para el suicidio (armas de fuego, pesticidas, etc.), políticas de salud mental y reducción del alcohol, y promover la información mediática responsable sobre el suicidio. El estigma social y la falta de conciencia siguen siendo los principales obstáculos para la búsqueda de ayuda para el suicidio, lo que pone de relieve la necesidad de campañas de alfabetización en salud mental y contra el estigma.
¿Qué estamos haciendo? ¿Dónde estamos? ¿La pretendida reforma a la salud contempla este importante aspecto? Quedamos atentos a las respuestas.
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