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Pataleos de ahogado
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Domingo, 29 de Marzo de 2015

El 18 de marzo la ciudad fue objeto de una fuerte precipitación que dejó al descubierto presuntas fallas de diseño en una obra esperada por la comunidad del barrio Colsag exactamente frente a un balancín, insignia de la historia de dicho barrio.

La obra comprendió la renovación de la carpeta asfáltica interviniendo su estructura y la misma no obtuvo la mejor calificación en cuanto al plazo de ejecución toda vez que debieron pasar cerca de doce meses para lograr su finalización y previo al día de “show” o entrega de la obra, estacionaron una volqueta precisamente un día sábado, en el mismo lugar donde se ubica un mercado satelital, el cual recibió todo el material particulado producto de la imprudencia de los obreros que con pala en mano retiraban los escombros que quedaban.

Faltaba la prueba de fuego y no era exactamente una alta dosis de calor generada por la radiación solar, sino la llegada de las lluvias que son las encargadas de aflorar las presuntas fallas de la infraestructura construidas por el hombre y esto incluye las debilidades en materia de diseños.

No tengo ni idea cuantos lectores se tomaron en serio las declaraciones del Secretario de Infraestructura del municipio que saltó a defender lo que a mi modo de ver es indefendible porque los drenajes en materia de vías son la vida de las estructuras ya sean rígidas o flexibles.

Ni por un segundo puedo aceptar tan ridículas explicaciones cuando la verdad es que construyeron una piscina de cuatro cuadras y con tan solo cuarenta milímetros de agua que cayeron, pusieron en jaque a todos los residentes del sector que no salían del asombro al ver que la historia del enlagunamiento se estaba repitiendo ante sus ojos y ante una de las explicaciones y defensas técnicas más absurdas que he podido escuchar en mi vida profesional.

No pretendo debatir el tema con el citado funcionario al que premeditadamente no he nombrado, pero estoy seguro que su explicación de la falta de drenajes no se la cree ni él mismo y lo único que le abono es el riesgo que asume en defender lo que de seguro nunca diseñó y desde ya le puedo vaticinar que esa calle siempre tendrá el mismo comportamiento cada vez que las lluvias se comporten un poco diferente.

Finalmente debo comentar a mis respetados lectores en especial a los responsables de la obra, que la información del volumen de precipitación anunciado en la columna está consignado en la página del Ideam y el resto del comentario, el resultado de mi experiencia profesional motivo por el cual creo que la excusa publicada solo es un “pataleo de ahogado”.

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