Si el software Pegasus pone sus reflectores sobre mí, encontrará que este aplastateclas desea que el presidente Petro entregue las llaves del bar y de la alhacena de Palacio a su sucesor pasaditas las cuatro de la tarde del 7 de agosto de 2026. Ni un segundo más.
Nada de derrocarlo. Sería pasar de Guatemala paguatepior. El único que quiere defenestrarse es el propio mandatario. Lápiz en mano, le ha pedido a la primera línea que salga a la calle, y no precisamente a comer paletas, mientras los integrantes de la fuerza pública se hacen el manicure.
Cómo no estar eternamente agradecidos con un presidente que enriqueció la picaresca política colombiana en apenas dos años. Empezando por él que se da el lujo de ser y no ser al mismo tiempo.
Personajes es lo que nos ha deparado el gobierno del Pacto. El más reciente, el flamante procurador Goyo Eljach. El consenso que se ha formado alrededor de su nombre, demuestra que en la política criolla no hay con qué hacer un caldo. Con Eljach al mando, el presidente Petro, su ministro Cristo, el inefable Morris y amiguitos, se relamen como el gato que convirtió el ratón en bisté a caballo.
Como dicen los socialbacanos, en el imaginario colectivo quedará la ceremonia en la que el dueto Petro-Mancuso intercambió sombreros vueltiaos. Todo sea por la paz total.
Con cara de jugador de póquer, en su reciente discurso ante la ONU, ni una vocal dijo Petro sobre los ochos millones de venecos que han abandonado su país. Ni una consonante sobre el fraude orquestado por Maduro en las pasadas elecciones. La culpa de lo que sucede en el vecindario no es de la vaca sino de las sanciones que ha padecido. Sostuvo el mandatario.
Personaje inolvidable es Roy Barreras, embajador en Londres, uno de los candidato a suceder a Petro. Siempre cae parado gracias a su habilidad para hacer versos o cambiar de camiseta. ¿Hay que mover barreras éticas? Roy es el gallo.
El gobierno de la paz total le deja a la posteridad a Armando Benedetti. Como conoce la letra chiquita del "gran timonel", va de embajada en embajada como Pedro por su casa. Hoy dice una cosa, mañana otras, después. Benedetti a nadie le niega un madrazo. Si no le gusta, se lo cambia por otro.
Pregúntenselo a Laura Sarabia, doctorada en polígrafos. Es la Inteligencia Artificial del régimen. Democracia, cuántos chistes se cometen en tu nombre.
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