Antes de que comenzara el “aislamiento social obligatorio” para combatir el COVID-19, asistí a una audiencia en una conocida Inspección de Policía de la ciudad, donde tuve una agradable sorpresa puesto que en un receso de la misma advertí sobre el escritorio del servidor público tres libros que me llamaron poderosamente la atención.
Es decir, se trató de una sorpresa y admiración. Sorpresa porque conozco al señor Inspector desde la época de la administración del doctor Enrique Cuadros Corredor, algo así como 1992 - 1994, cuando yo me desempeñaba como abogado de la Personería de Cúcuta, y nunca tuve la más mínima idea de la afición a la escritura del señor Inspector; y admiración, porque sabiéndose con talento y conocimiento de su oficio deja para sus homólogos en su profesión y oficio -y el público en general- dos textos, muy técnicos y completos, sobre lo que diariamente se tramita en su oficina, especializada por cierto en un tema específico, que es la razón de ser de los citados libros.
Sus títulos lo dicen todo: El tratamiento de policía diferenciado y la proporcionalidad de la medida. El segundo libro está dividido en dos partes: La ocupación ilegal y el Manual práctico de policía, con modelos de minutas para operadores de policía, abogados, académicos y citas de jurisprudencia de las Altas Cortes.
Son libros donde el lector que trajina con estos tópicos jurídicos encontrará claridad meridiana sobre temas y términos que aparentemente se dominan y a la hora de la verdad se confunden al aplicarlos, tanto por operadores como usuarios.
Independientemente de esos dos textos técnicos, el señor Inspector también incursiona en la literatura propiamente dicha, y se nos presenta con una novela de ficción, pero con trasfondo real, donde cuenta “Fechas e subcesos de la mia Cibdad” -como titulara uno de sus libros el historiador pamplonés Belisario Matos-Hurtado-. Este libro se titula “El gran Ramir. Una historia de políticos monstruosos en la república salvaje de San José del Guaidó”. El mismo autor manifiesta -página 7- “que es la historia de un hombre común, que sin estudios y experiencia alguna en la gobernanza (…) es llamado por el azar a regir los destinos de la República salvaje de San José del Guaidó”.
Felicito al autor de estas tres obras, el doctor Édgar Armando Rozo Vera, actual Inspector de Policía de Control Urbano, quien con su talento y disciplina enriquece la historiografía regional y nos hizo ameno el “aislamiento social obligatorio”.