
Los tres primeros meses del año se han convertido en dura prueba para el mundo entero, en donde los países han tenido que ir examinando sus capacidades para hacer frente a las duras pruebas que van apareciendo.
Con el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca por segunda vez, el 20 de enero, gran parte de los países se han visto desorientados sobre lo que vendrá. Trump tan pronto llegó al poder anunció la puesta en marcha de la política de los cargos arancelarios, consistente en poner aranceles altos del 25% a la entrada de productos como el acero a Los Estados Unidos, procedentes de Canadá y México y del 10% a los chinos.
Los expertos coinciden en que en que la política de cargos arancelarios no beneficia a nadie, por el contrario pueden generar inflación dentro y fuera de Estados Unidos, además de generar un clima de incertidumbre, frena las inversiones a lo largo y ancho del globo y acerca al mundo a una guerra comercial en la que nadie saldrá beneficiado y que dejan por tierra el Tratado de Libre Comercio que Estados Unidos ha liderado por décadas.
Al imponer aranceles del 25% a Canadá y México, Trump no solo está violando el espíritu, sino la letra del acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá, que negoció durante su primer mandato. ¿De aquí en adelante que país firmaría un acuerdo comercial con Estados Unidos?
La dirigencia de la Unión Europea se ha mostrado muy de acuerdo con el presidente de Ucrania, en las discusiones con Trump sobre la forma como se negociará con Putin, lo que ha servido para movilizar este enorme bloque comunitario y buscar la manera de monto para financiar el rearme considerado necesario.
Pero las amenazas de Trump no van solo hasta la parte comercial, tras la dura discusión con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, luego del desacuerdo entre los dos mandatarios sobre la forma como se negociará con Putin, el mandatario norteamericano cambió la metodología que se venía aplicando. Aunque Trump manifestó que Rusia aceptaba los principios de acuerdo para superar el conflicto entre Rusia- Ucrania, aún hay condiciones por superar.
Esta situación se torna delicada pues ha llevado a los europeos a analizar la desventaja que llevan con Estados Unidos. Esto ha hecho que los hijos de Europa piensen en una acción de rearme, un ambicioso plan de inversiones por 800.000 millones de euros para romper con la dependencia de Estados Unidos.
Los líderes europeos mantuvieron tres cumbres de emergencia, dos presenciales y una virtual, que dejaron en firme la propuesta de la inversión sin precedentes de los 800.000 millones de euros, en los próximos cuatro años. Con el objetivo de fortalecer la industria de defensa del bloque, reducir la dependencia de Estados Unidos y responder a las necesidades.
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