Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
La mala conducta pública
Muchos de quienes están en la política han distorsionado su finalidad.
Authored by
Sábado, 10 de Octubre de 2015

El ideal de Walt Whitman de asumir la política como un ejercicio articulado a la belleza humana, con los encantos que pudiera generar, se ha ido alejando bajo la presión de los malos hábitos que impusieron sus actores descarriados.

Whitman no era un  político de actividad pública. Era un poeta con visión humanística de lo que se hace en función colectiva. Y con esa perspectiva sentenció que “Cuando el mundo sea libre la política será una canción”.

Un mundo sin los tormentos de la violencia, la pobreza y la discriminación.

Muchos de quienes están en esa función pública que es la política han distorsionado su finalidad y la han convertido en una empresa de cerrado lucro personal.

No son  las ideas aplicadas a la construcción de buen  gobierno que encarne el interés público en beneficio de todos,  lo que los mueve.

No es la democracia. Es el abuso del poder que les  garantice el aprovechamiento de los recursos oficiales para el enriquecimiento sin pérdida de tiempo.

Ese objetivo le ha servido de escalera a la corrupción, cada vez más expedita, con mayor refinamiento en los procedimientos empleados para alcanzar las metas trazadas, como lo comprueban tantos casos de asalto a los presupuestos de las diferentes entidades del Estado.

Eso explica la encarnizada dedicación de  grupos organizados con exclusivos propósitos electorales.

Se preparan con  cálculos predeterminados, evitando también, en lo posible, sorpresas que puedan estorbar y ser factor de enredos  o de traspiés.

Ese tráfico lleva al mismo tiempo a no tener escrúpulos y a hacer las cosas con ánimo tramposo. Para lo cual el dinero hace de soporte. Con la creencia de que todo es posible mediante la paga, se le da rienda suelta a las ambiciones de poder. Así las administraciones municipales y departamentales han pasado al manejo de bandas que ejercen su mandato sin control y sin importarles las soluciones a los problemas que afectan a las comunidades. No es la política como una canción sino como el rebusque con todos los ingredientes de la picardía, de lo cual son cómplices los ciudadanos que venden su  voto. Aquí se está en riesgo de caer en ese agujero.

Puntada

A la pregunta ¿Cuál es su idea de la felicidad? Annie Leonard responde: “Hay tres cosas que hacen felices a las personas. La primera es la calidad de nuestras relaciones sociales. La segunda es tener tiempo libre y no trabajar todo el día. La tercera es que nuestra vida tenga propósito. Tengo esas tres cosas grabadas en mi cabeza. Para mí la felicidad es que cualquier persona en el planeta puede tener esas  tres cosas. Una comunidad feliz y saludable, tiempo para pasarlo como quiere con quien quiera y una vida llena de propósito”. (Tomado de Sostenible, suplemento de la revista Semana).

Temas del Día