Colombia, a la par que muchos países, padece las consecuencias de la crisis del petróleo que ha reducido ostensiblemente su capacidad para generar riqueza. A esto se suma la crisis económica mundial que tiene viviendo duros momentos a Europa, Estados Unidos, Latinoamérica y ahora China.

Este escenario obliga a repensar los criterios que se deben tener en cuenta a la hora de impulsar propuestas para contrarrestar esta crisis. Los países necesitan alternativas para incrementar su producción y para apalancar las fuentes de generación de empleo que permitan dar oportunidad a la población para mantener su calidad de vida.

En nuestro medio tenemos que pensar en la tarea que deben asumir gobernadores y alcaldes para comprometerse con el objetivo del crecimiento industrial. En estas entidades nunca se ha pensado con suficiente criterio para desarrollar políticas que permitan identificar los sectores productivos para velar por su sostenimiento, por desarrollar procesos industriales que faciliten la transformación de los productos primarios que se generan, para identificar oportunidades para aunar talentos y recursos para atender demandas identificadas en el contexto global.

Un gobernador o un alcalde nunca piensa en el balance que deben presentar sobre la manera como incrementaron la producción en sus regiones, sobre la forma como crearon plazas de empleo productivo, ni sobre cómo se mejoró la calidad de vida como consecuencia de esos procesos.

Es sin duda una tarea pendiente, que debe pensar en la construcción de espacios para propiciar el crecimiento industrial, fomentando el emprendimiento, identificando oportunidades de inversión y financiando proyectos que tengan una clara visión en materia productiva.

Así como todos los días se crean toda clase de dependencias que se traducen más en escenarios burocráticos, se debe pensar en espacios destinados para el aprovechamiento del talento humano en este objetivo, y a su vez, así como se dedican recursos para muchas inversiones inciertas y a veces innecesarias, se deben destinar esos dineros para apalancar todos esos ciclos que tratan de proyectarse, sin que encuentren un estímulo real para materializar las proyecciones.

El crecimiento industrial, debe comprometer a todos los sectores de la sociedad y el sector gobierno debe exhibir claras muestras para ser verdaderamente partícipe de este objetivo, que es el que genera el progreso y el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes.