María Clara Valero Álvarez, una pamplonesa con todas las letras e integrante de la Academia de Historia de Santander, se ha dedicado en los últimos años a producir valiosos documentos de contenido histórico apoyados en investigaciones que ella ha adelantado con dedicación y entusiasmo.
Es de destacar el correspondiente a la riqueza hídrica de Pamplona, que contiene acertadas recomendaciones sobre la adecuada utilización y protección de las fuentes de agua que la alimentan.
En esta oportunidad, la autora nos presenta el libro LA FUNDACIÓN DE “PAMPLONA DE INDIAS”, EN EL TERRITORIO DEL NUEVO REINO DE GRANADA, interesante estudio sobre los acontecimientos que dieron origen a nuestra cuatro veces centenaria ciudad.
El prologuista de la obra, el historiador Rodrigo Llano Izasa, señala en uno de sus comentarios lo siguiente:
“En su extraordinario escrito, la historiadora Valero son enseña varias cosas que como errores frecuentes suelen repetirse: que el autor del Carnero no es Rodríguez Freire sino Rodríguez Fresle. Que el cofundador de Pamplona de Indias no era Velásquez de Velasco sino, simplemente, Velasco. Y que los españoles llamaron Valle de Todos los Santos al Valle de Hulago y no, como erróneamente se menciona con frecuencia, Valle del Espíritu Santo.”
María Clara Valero nos conduce, con evidente afecto, por los hechos históricos que enmarcan la fundación de Pamplona como fruto de la expedición s las Sierras Nevadas ordenada por Miguel Díez de Armendáriz quien, en principio, la encomendó al curtido militar don Ortún Velasco.
No obstante, por decisión ulterior, Armendáriz comisionó a su primo hermano, el joven y aguerrido Pedro de Ursua, para que se hiciera cargo de la expedición que, finalmente, en cabeza de ambos llevó a la fundación en conjunto de la ciudad, caso poco frecuente en la conquista española de América.
“El valle escogido para erigir a Pamplona, llamado “Hulago” por los naturales que allí vivían, era una planicie inclinada, con abundante agua, rodeada por un círculo de montañas cubiertas de espesa neblina, y lugar en el que los primitivos habitantes, “los Chitareros”, como los denominaron, tenían construidos sus bohíos”, escribe la autora.
Y continúa: “Geográficamente el “Valle de Hulago” está situado….” En el punto preciso en que la cordillera oriental de los Andes Colombianos se divida en dos ramas principales, una de las cuales se dirige al Este y forma la cadena de los Andes Venezolanos, y la otra al Norte hasta terminar en la Sierra de los Motilones y Perijá”.
El trabajo que nos presenta María Clara Valero será, sin dudarlo, libro de consulta permanente para quienes desean conocer la historia de la fundación de una ciudad que ha permanecido a lo largo de varios siglos como epicentro de cruciales acontecimientos de la región andina de Colombia durante la Conquista española, la época colonial, la Independencia Nacional, la vida republicana y el presente tiempo de tan rápidos cambios. Felicitaciones a la escritora por su encomiable dedicación al estudio de la historia.
NOTA. Quiero expresar a mis lectores los mejores deseos para que este año de 2019 esté colmado de bienestar y prosperidad.
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