La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
La frontera está muy lejos
Lo que se está viviendo en esta frontera es dramático: Por decisiones del régimen chavista y la indolencia del Gobierno.
Authored by
Sábado, 1 de Abril de 2017

Ya no se sabe con qué palabras definir lo que viene ocurriendo en la frontera colombo – venezolana en el último tiempo, y una sensación de impotencia se apodera de los sufridos ciudadanos. Tristemente, lo único que llama la atención a los medios y poderes centrales es la ocurrencia de hechos escandalosos, que ocurren cada vez con mayor frecuencia. Pero, todo se queda en lo anecdótico, en un pasajero asombro, en una estrepitosa noticia inmediata.

Lo que se está viviendo en esta frontera es dramático: Por decisiones inauditas del régimen chavista y la indolencia del gobierno colombiano, se ha generado un enorme sufrimiento a familias enteras, desmembradas al quedar miembros de ellas a uno u otro lado de la línea divisoria; miles de negocios se han arruinado porque se destruyó el comercio binacional que ha existido toda la vida; del lado venezolano, el desabastecimiento de alimentos y medicinas ya no se puede mitigar con productos colombianos, mientras el contrabando de los artículos que controlan las autoridades bolivarianas es inmenso. En fin, es una situación verdaderamente inaceptable que no interesa mucho a los gobiernos centrales.

El ataque a la corrupción y la igualdad social que ofreció el régimen chavista terminaron siendo una descarada persecución política, una mordaza a los medios de comunicación, una corrupción oficial aun más desenfrenada y un empobrecimiento general ocultado con discursos patrioteros y costosa propaganda

Por su parte, el gobierno colombiano, enfrascado en el proceso de paz con las Farc, parece no tener tiempo - o ánimo - de ocuparse de los asuntos que afectan a esta frontera afligida. Mientras todos los países defienden con ahínco sus fronteras, reclaman airadamente los atropellos a los connacionales, protestan seriamente por las violaciones a su territorio y utilizan los mecanismos existentes en el derecho internacional para hacer valer sus derechos, Colombia, estrenando una diplomacia sumisa, deja pasar todos los incidentes agresivos con una indiferencia pasmosa.

Nadie espera una confrontación bélica con Venezuela porque sería la más insensata de las alternativas. Nadie quiere más sangre, más balas ni más dolores. Pero, permitir que pisoteen a nuestra gente, que se arruine la economía de los humildes pobladores, que llenen de angustia a las familias destrozadas sin una protesta seria, es más repudiable aun, y no conduce necesariamente a la paz. 

El Primer Ministro británico, Arthur Neville Chamberlain, defendió a toda costa la política de apaciguamiento con Alemania, hasta el punto de que cuando regresó a Londres después de la última visita a Hitler aseguró que la guerra no se iba a producir. Chamberlain pretendía, así, salvaguardar la paz mundial a largo plazo, afirmando que pequeñas cesiones en favor de los dictadores fascistas los disuadirían de enfrentarse bélicamente con las democracias. Al poco tiempo se inició la Segunda Guerra Mundial, la hecatombe más pavorosa de que se tenga noticia.

Pero, todas estas apreciaciones tal vez no tengan mayor importancia porque la frontera está muy lejos de los centros del poder.

ramirezperez2000@yahoo.com.m

Temas del Día