El tenebroso video donde aparece el senador Gustavo Petro recibiendo un dinero en efectivo, en un sombrío recinto y escondiéndolo en bolsas plásticas, le ha causado una explicable confusión que no le ha permitido recordar cuál fue la fecha de la entrega, su origen, su monto preciso y el destino que le dio.
No hay nada más difícil que hacer coincidir una acción truculenta con el deseo de presentarla como un hecho honorable.
De ahí, las declaraciones apresuradas, las flagrantes contradicciones y las justificaciones acomodaticias del señor Petro.
Y lo más curioso es que el senador tiene muy claras algunas circunstancias, pero no las más importantes.
Precisa, por ejemplo, que el dinero le fue entregado en billetes de cinco mil pesos, pero no recuerda si fue un préstamo o una donación.
Conoce con precisión el aparato con el que se hizo la grabación, pero no tiene certeza para cuál campaña recibió la plata.
Varias preguntas sobre ese oscuro episodio no quedan absueltas en las equívocas afirmaciones del ex candidato presidencial. Veamos:
¿Quién tenía interés en hacer la filmación de la escena? Según Petro, el amigo que le entregó el dinero tenía la costumbre de filmar los episodios de su actividad política y seguramente le pareció ésta una ocasión memorable.
Sin embargo, todo indica que el sitio de la cita era una guarida preparada para registrarla secretamente.
¿Quién publicó el video? La versión novelística de Petro es desfachatada pues dice que el casete inicial -de una tecnología antigua- fue regrabado en un archivo digital y “manos criminales” hackearon el computador para utilizarlo en su contra.
Es decir, esa memorable escena de su vida política guardada por su amigo para hacer honor a sus logros, no fue utilizada por él.
El excandidato ve como algo insignificante que el propietario de la tétrica filmación fuera contratista y empleado de su Alcaldía y que cuando lo destituyeron le hiciera un airado reclamo. Pero, sí le confesó a Vicky Dávila en la WRADIO que cuando Petro conoció el video, siendo Alcalde de Bogotá, sufrió una conmoción.
Ahora bien, ¿por qué Petro pide perdón a sus seguidores si no ha cometido nada delictuoso? Recibir dinero en efectivo para una campaña política no es, en sí mismo, un acto indebido. Sin embargo, recibirlo en un escondite sin comprobante alguno, camuflarlo en bolsas y no reportarlo deja muchas dudas sobre su legalidad.
No sabemos si el señor Petro utilizará otra de sus estratagemas para salir de este lío como cuando, a diferencia de todos los acaldes de Colombia, no aceptó cumplir las sanciones que le fueron impuestas por violar la ley.
No sabemos si la justicia colombiana, que pasa por la más grave crisis de credibilidad de su historia, sea capaz de actuar imparcialmente ante el conocimiento de estos repudiables hechos.
Porque estamos presenciando un episodio lamentable protagonizado por un político que, enarbolando la bandera de la honradez, ha acusado implacablemente a otros de deshonestos y transgresores de la ley.
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