Aquisgrán es una ciudad del Distrito de Colonia en Renania del Norte, Wesfalia. Es la ciudad más occidental de Alemania, situada junto a las fronteras con Bélgica y los Países Bajos, a 61km al suroeste de Colonia. Fue la residencia favorita de Carlomagno, y más tarde fue el lugar de coronación de los reyes carolingios.
El viaje por tierra desde Colonia se hace por una bella carretera provincial de pintorescos paisajes y enmarcada por pequeñas poblaciones rurales. La ciudad actual cuenta con 260.000 habitantes y en ella funciona la Universidad Técnica de Aquisgrán, una de las más prestigiosas de Alemania. Su economía se basa en la ciencia, la ingeniería la tecnología y actividades afines.
Después de la época romana, en la que era conocida por sus baños termales, Pipino el Breve, el padre de Carlomagno, mandó construir un castillo en la ciudad acondicionado para acoger a la Casa Real durante meses. Y en el año 768, cuando Carlomagno fue coronado como rey de los francos, pasó allí la Navidad por primera vez. Más tarde hizo construir la Capilla Palatina y salones para celebraciones palaciegas.
Carlomagno expandió los distintos reinos francos hasta transformarlos en un imperio, al que incorporó gran parte de Europa Occidental y Central. Conquistó Italia y fue coronad o Imperator Augustus por el papa León III el 25 de diciembre de 800 en Roma. Tomó la costumbre de pasar en Aquisgrán la mayor parte de los inviernos, y después de su muerte en 814, Aquisgrán se convirtió en el centro político del Imperio Carolingio.
Los diversos monarcas fueron ampliando y embelleciendo la Catedral que se conserva admirablemente. Los techos de la Catedral están adornados con bellísimos mosaicos bizantinos, y sus paredes colmadas de imágenes sagradas de varias épocas. En ella se existen dos sarcófagos dorados que, se afirma, han conservado los restos mortales de Carlomagno, quien fue enterrado y exhumado dos veces. Fue declarado santo, aunque su consagración como tal no fue reconocida sino dentro del Principado de Liega donde se venera por tradición.
Junto a la Catedral está el extraordinario museo histórico que guarda reliquias valiosísimas como una capa ceremonial y una corona del Emperador; varios relicarios dorados de gran tamaño; espadas imperiales y numerosos adornos de marfil, de oro y de plata de su uso personal. En una plaza posterior, se levanta el palacio imperial que actualmente es la sede del gobierno de Aquisgrán. También hay varias iglesias de distintas religiones artísticamente adornadas.
La ciudad actual tiene las características de una población medieval bellamente cuidada. La mayor parte de sus calles son exclusivamente para el tránsito de peatones, y en las intersecciones siempre hay plazoletas con estatuas, mobiliario y fuentes para el disfrute de los habitantes. Los locales comerciales acogen a las más exclusivas marcas de todos los artículos disponibles, y sus restaurantes ofrecen exquisitos platos de sus comidas regionales. También son exquisitas, como en toda Alemania, las panaderías y las pastelerías.
Durante las dos guerras mundiales del siglo XX la ciudad sufrió ocupaciones y los rigores de la conflagración, y en varias épocas anteriores de su historia fue objeto de cambios de régimen por las disputas entre monarcas. Pero hoy reina en ella una tranquilidad envidiable, cuenta con servicios públicos excelentes y una actitud amable y acogedora de sus habitantes.
ramirezperez2000@yahoo.com.mx
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