Escribarte nació en un bar nocturno de Cúcuta, pero los bolsillos escuálidos de poetas no soportaron el ritmo del vino. Además allí no fiaban. Se fueron, entonces, para el patio de la biblioteca Julio Pérez Ferrero, donde un mango gigantesco les dio la bienvenida. Allí tomaban agua en vez de vino, y los poemas iban creciendo. Después, la Academia de Historia de Norte de Santander, uno de cuyos objetivos es fomentar la cultura nortesantandereana, les abrió las puertas, aprovechando que el secretario de la Academia de entonces es de Escribarte. Tinto y poesía, poesía y tinto. Últimamente hallaron albergue en el colegio municipal, María Concepción Loperena, cuyo rector es miembro de Escribarte.
Pero a pesar de su itinerancia y de los golpes bajos que a veces recibe, Escribarte siempre ha sido un grupo alegre, porque dicen que poesía es vivir, poesía es alegría, poesía es gozadera.
En un julio murió uno de sus integrantes, el poeta Pedro Cuadro Herrera. A sus compañeros de Escribarte les dio duro el asesinato del “Negro”, como lo llamaban, pero se levantaron y ahí siguen batallando por la cultura nortesantandereana, creciendo y fructificando.
Los escribartanos o escribarteños o escribartenses son: Álix Vargas Bermón, Serafín Bautista Villamizar, José Antonio Amaya, Ciro Alfonso Pérez, Raúl Sánchez Acosta y quien esto escribe, todos poetas, todos cuentistas, todos ensayistas, algunos novelistas, pero todos mamadores de gallo, amigos de tertulias, vino y versos. Están además los jóvenes, que conforman el Semillero Escribarte, y una pintora invitada, orgullo de la agrupación.
Mañana viernes haremos viernes cultural. Hemos creado una revista cultural, Escribarte, y mañana le haremos el lanzamiento en la Torre del Reloj, a las 7 de la noche, con canciones, poemas y unos vinillos.
La revista viene a sumarse a los libros ya publicados por Escribarte: Invitación a la lluvia (poemas), Al final de la calle (cuentos) y El hombre que vino del mar (homenaje a Pedro Cuadro Herrera). Sin embargo, hay un componente adicional: estamos en vísperas de navidad, huele a hayacas y a pernil de cerdo; por todas partes se escuchan el Burrito sabanero y Tucusito, tucusito; el arbolito se llena de regalos y el niño Dios ya comienza a sonreír. Pero faltaba el ingrediente principal, que inunda espíritus y cuerpos: la poesía.
Pensando en eso, este primer número de la revista Escribarte está dedicado a la Navidad. El eje central alrededor del cual giran los escritos, la portada y las ilustraciones es el espíritu navideño. Así que mañana, el auditorio Eduardo Cote Lamus se engalanará con los colores y los sabores y los sones de la Navidad.
Cuando digo sones, lo digo en serio. Porque el conjunto musical, Alma de Colombia, dará un concierto de guitarras, tiples y bandolas al más alto nivel como es su estilo. Son muchachos y otros no tan muchachos que conforman esta agrupación, nacida en Villa del Rosario, hace 62 años. Entre pasillos, bambucos y aguardientes, Alma de Colombia difunde y revive nuestra tradición musical, que ha venido sucumbiendo ante ritmos de tatucos, letras groseras y música que no es música. Escribarte le hará un reconocimiento a esta agrupación tan valiosa en el patrimonio cultural nortesantandereano.
Como ven, apreciados lectores, la noche promete estar de rechupete. Allá nos vemos y brindaremos en nombre de la poesía, de la Navidad y de Escribarte.
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