En la competencia por la Presidencia de Colombia, notables candidatos han presentado de diferentes maneras sus nombres al escrutinio público: Algunos respaldan su aspiración con firmas de ciudadanos; otros, han obtenido el aval de partidos políticos, y, finalmente, los demás buscan su nominación mediante diversos mecanismos, en coaliciones de colectividades que se unen para participar en los comicios.
Creo que es saludable para la democracia la presencia de numerosos candidatos, al contrario de los que piensan que es mejor limitarlo para facilitar la escogencia y, para algunos, reducirlo a un solo nombre para no poner a prueba el establecimiento en el que están acomodados.
En el variopinto abanico de aspirantes, Iván Duque se destaca por distintas razones bastante conocidas que deseo resaltar.
Sea lo primero señalar que es un joven político de 41 años de edad con una rigurosa formación académica como abogado, maestría en Derecho Internacional Económico, y estudios de formación continua en Negociación Estratégica, Políticas de Fomento al sector privado y Gerencia de Riesgo, en reconocidas universidades de Colombia y Estados Unidos.
Tiene experiencia de varios años en organismos internacionales como Consultor y Consejero Principal del Banco Interamericano de Desarrollo, y asesor en la ONU en el Panel de Investigación conformado por el Secretario General. Es autor de libros de política y economía, y columnista en publicaciones colombianas especializadas.
Su presencia en la política colombiana se inició como miembro del Centro Democrático en cuyas listas fue elegido senador de la República.
En el Congreso se ha distinguido como uno de los más sobresalientes parlamentarios por su trabajo como autor de importantes proyectos de ley, severo crítico del gobierno Santos, y protagonista de ilustrados debates, especialmente en temas económicos.
Aunque no conozco al doctor Duque, tuve la fortuna de ser amigo de su padre, el distinguido dirigente antioqueño Iván Duque Escobar, con quien compartí algunos años de trabajo en la organización electoral de Colombia. Esa relación me permitió apreciar su entorno familiar basado en la rectitud y las buenas costumbres, y reconocer la pulcritud en el servicio público del que fue un ejemplo prominente su padre.
El buen gobierno del Presidente requiere, aparte de sus cualidades personales, tener un amplio conocimiento del país y un proyecto para su conducción exitosa hacia el progreso y la disminución de la desigualdad social. Estos propósitos no se consiguen sin un fuerte apoyo político y sin un equipo humano capaz de ejecutar tales políticas en la administración pública. Estas son las fortalezas con las que cuenta Iván Duque con el respaldo de su partido, que sin duda va a tener una cuantiosa representación parlamentaria.
En un reciente reportaje por la W Radio, el veterano senador conservador Roberto Gerlein afirmó que el doctor Iván Duque ha sido la estrella del Senado en esta época, y que es uno de los colombianos mejor capacitados para ejercer la Presidencia de la República.
CONDOLENCIA: Quiero expresar mi hondo pesar a los familiares de Edgar Duarte González, un amigo inmejorable y un coterráneo afectuoso que falleció inesperadamente la semana pasada. Con la ida de los contemporáneos cercanos se va también un poco de nuestras vidas.