En el país del Sagrado Corazón, donde el vivo vive del bobo, parece que cualquier oportunidad es aprovechada para enriquecerse. Las tiendas de barrio cobran mas caros los productos, aprovechándose de la necesidad de las personas, al venderlos detallados. Es increíble ver los productos que en los almacenes de cadena, se venden en promoción, dos por el precio de uno, vendidos cada uno a su precio pleno, con la calcomanía que da fe de ello, partida por la mitad.
Pero lo que me ha parecido mas desafortunado, es que en Colombia, el gobierno se haya inventado un famoso impuesto a las bolsasplásticas, que se ha constituido en vena rota de recursos que alguien debe recibir. Usted adquiere una de esas bolsas y su valor nominal es 20 pesos, pero en la realidad vale 50 pesos en el mejor de los casos o 100 pesos en su defecto, por aquello de los vueltos.
Este hurto continuado promovido por el gobierno, era ya una práctica desdeñable en supermercados y almacenes de cadena, si la cuenta terminaba en 10 ó 20 pesos cobraban una cifra cerrada siempre a favor de ellos. Hoy nadie se salva del atraco, solo que ahora el cajero tiene una gran excusa, el impuesto a la bolsa.
Si nos fuésemos por la medida baja, de 30 pesos, esto suponiendo que un cajero tuviese tantas monedas de cincuenta pesos diarias para dar vueltos (de lo contrario la cuenta debe hacerse con 80 pesos), podríamos estimar que si por su caja registradora pasan diariamente 1000 personas, los vueltos representan 30.000 pesos diarios. Almacenes grandes con mas de 10 cajeros podrían recibir 300.000 pesos diarios o sea 9´000.000 al mes.
La pregunta es, a donde van a parar esos recursos. Al bolsillo del cajero? a la tienda de cadena? con ello pueden perfectamente pagar el sueldo de 10 cajeros. Lo cierto es que estamos frente a un hurto continuado promovido por el gobierno, supuestamente para desincentivar el uso de las bolsas plásticas y como siempre, bien aprovechado por otros para lucrarse.
La verdad tienemas creatividad el almacén que pide que le regalen las monedas de los vueltos para una fundación de ellos mismos, que se auto compra los materiales y que seguramente deduce impuestos por las obras sociales que hace, con losvueltos que donamos. Pero como solemos decir; por lo menos hacen algo.
En Colombia nos hemos acostumbrado a aceptar todo, a resignarnos por todo, a que nos roben por todo y a no decir absolutamente nada, por vergüenza. Roban en lo público, roban en lo privado y no pasa nada. Usted estaciona en un centro comercial de la ciudad y le cobran la hora a 2.400 pesos, dicen que regalan los primeros 15 minutos, esto es 600 pesos, pero si demoras 20 minutos te cobran 1200. Donde quedaron los 15 minutos gratis?.
Lo único cierto es que todos estamos posando de bobos, dejando que las cosas sigan pasando, sin derecho a decir ni pio.
