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Fue que, que fue
Al inicio de cada campaña política son muchas las voces que se alzan para advertir de no votar por los corruptos.
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Sábado, 22 de Junio de 2019

La corrupción en todas los niveles, bien sea en el gobierno, la empresa privada y la sociedad misma, es uno de los cánceres que mayor afecta al país por sus funestas consecuencias. 

Sus mayores logros tal como se ha visto a lo largo de la historia son la apropiación de dineros públicos, el cobro de las “coimas” y la compra de conciencias para lograr objetivos particulares no santos. 

Al inicio de cada campaña política son muchas las voces que se alzan para advertir de no votar por los corruptos, pero estos se dan mañas y son elegidos, con el método más recurrente y antidemocrático, la compra de votos. 

Luego ya sabemos lo que pasa en el ejercicio del mandato obtenido de manera fraudulenta. 

El gran intento por combatir esa perversión se dio en agosto del año pasado con la consulta popular anticorrupción que no alcanzó el umbral y la iniciativa que contemplaba 7 puntos se quedó sin que pudiera llegar al congreso para su debate y posible aprobación. 

En la presente legislatura el presidente Duque presentó ocho proyectos que sin embargo no pudieron salvar el Congreso para convertirse en leyes. 

El último episodio fue el ocurrido esta semana, el proyecto anticorrupción al llegar a la Cámara de representantes corrió con la misma suerte del Titanic y una vez conocida la noticia todos y cada uno de sus protagonistas expresaron sus excusas y se oyó una serie de “fue que, que fue”.

Fue que estuvo en la plenaria durante 10 meses, fue que llegó tarde a la Cámara, fue que el conciliador no se enteró, fue que nombraron a otro conciliador, fue que teníamos una cena programada para esa hora desde hace tres semanas, fue que el ejecutivo no estuvo atento al desarrollo de la discusión y el curso del mismo, fue que la ministra de gobierno no hizo su tarea y es la culpable. 

En resumen la ley se hundió, todos los que tuvieron participación activa en su trámite, al menos en la etapa culminante, se lavaron las manos, ninguno es responsable, incluidos los dos representantes a la Cámara por Norte de Santander, Alejandro Carlos Chacón presidente de la corporación y Jairo Cristo quien había sido designado como conciliador. 

Esa fue otra oportunidad perdida para aprobar una ley que castigue a los corruptos, a los llamados delincuentes de cuello blanco, quienes una vez pillados podrán seguir viviendo en su residencia gozando del beneficio de casa por cárcel, pagando penas que tampoco están en consonancia con la calidad del delito, ni con la cantidad de dinero que son apropiados por estos delincuentes. 

En la próxima legislación se presentará un nuevo proyecto liderado por el presidente Iván Duque y consta de cuatro puntos fundamentales: 1. Instrumentos para fortalecer denunciar: recursos para recompensas. 2. Eliminación de la casa por cárcel 3. Extinción de dominio y 4. Fortalecimiento de los organismos de control. Se necesita una veeduría por parte de la ciudadanía para hacer seguimiento a este proyecto, sabidas las gambetas que los parlamentarios le han dado en esta ocasión al proyecto que fue desechado.  

jorgepabonl@yahoo.com

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