Las fotomultas se han constituido como una de las herramientas permitidas para evidenciar infracciones, en concordancia con el artículo 7 de la ley 769 de 2002 que establece en uno de sus apartes: “...Las autoridades de tránsito podrán delegar en entidades privadas el aporte de pruebas de infracciones de tránsito...”

Lo anterior significa que ayer fue el alcalde de Villa del Rosario quien dispuso controles ridículos de velocidad sobre la Autopista Internacional, mañana se le ocurrirá al alcalde de Los Patios una medida similar sobre la avenida 10 o avenida principal y pasado mañana al alcalde del Zulia sobre la vía que de Cúcuta conduce a su municipio y solo faltaría el que realmente la necesita: Cúcuta.

Es realmente injusto con la ciudad, ver la arrogancia de muchos conductores que además de violar las normas de tránsito, burlan la presencia de las autoridades y por supuesto de las señoras que apoyan la movilidad, sumándole que ya se observan varios casos que deben ser revaluados, habida cuenta que la tarea encomendada no la están ejecutando con la mística requerida y por el contrario, varias de ellas muy indiferentes con las personas que estacionan sus vehículos en los sitios más críticos de la zona céntrica, en su mayor parte taxistas. Ese tipo de situaciones desdibuja la intención de la administración.  

Nadie sabe con la sed que otro bebe y por eso, resulta complejo estar en los zapatos del Secretario de Tránsito, puesto que es la misma ciudadanía la que debe responder al llamado del compromiso social ofrecido por el alcalde Rojas, pero lo que se ve en las calles es lo contrario y por eso, considero que falta el ingrediente tecnológico que obligue por las malas, la adopción de buenas prácticas cuando se transita en la ciudad.

Pasar semáforos en rojo, no respetar la cebra, hablar por celular mientras se conduce y estacionar en todas partes es un desafío de los infractores a la autoridad, motivo por el cual se hace necesario y urgente que se implementen las fotomultas para que todos entiendan que la ley se respeta o se respeta.

Ya veo en las dependencias de la Secretaría, los descarados conductores expertos en excusas, tratando de torcerle el cuello a la evidencia captada por la cámara, argumentando que la placa que aparece en la  imagen no es la suya y demás estupideces; pero así pataleen, la multa va.

La administración no debe perder más tiempo en campañas eternas, sino en explicarles a los ciudadanos cómo pueden evitar una fotomulta y cuál es el procedimiento para que dicha prueba no castigue tan fuerte el bolsillo, porque el éxito de la autoridad radica en licitar una concesión que ofrezca cámaras de alta resolución con los dispositivos necesarios para blindar la prueba. La ciudad no aguanta ni una sola estrategia adicional diferente a la aplicación rigurosa de sanciones por medios electrónicos, toda vez que el resto de medidas ya cumplieron su ciclo.