La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
Estrategia de la mentira
Acusar a Colombia de ser la causante de los males que acosan al hermano país no es sólo una mentira sino una barbaridad. 
Authored by
Domingo, 27 de Septiembre de 2015

Todos los regímenes totalitarios han utilizado la mentira para justificar sus acciones y afianzarse en el poder, y sería interminable enumerar los ejemplos que se han dado a través de la historia. 

Por eso me limito a recordar dos casos relativamente cercanos para ilustrar esta nota. 

En septiembre de 1939, Adolfo Hitler invadió y bombardeó a Polonia para iniciar su macabro expansionismo europeo, pero justificó su acción bélica afirmando que su vecino había atacado injustificadamente al ejército alemán. 

Esa mentira no duró mucho en derrumbarse pero le sirvió para continuar, ya sin pudor, lo que sería la segunda guerra mundial.

En otro luctuoso septiembre, en 1973, Augusto Pinochet, quien había sido designado comandante en jefe del ejército de Chile por el Presidente Salvador Allende, abusando de su confianza dirigió el sangriento golpe militar que lo derrocó y acabó con la vida del líder socialista. 

Y en 1980, mediante un remedo de plebiscito, se hizo aprobar una constitución para reemplazar la de 1925 y establecer un período presidencial de 8 años, carta que le permitió ser presidente hasta 1990 dirigiendo un gobierno opresor basado en falacias. 

Nos encontramos ahora frente a las argucias mendaces del gobierno bolivariano para justificar sus enormes fracasos, dirigidas de manera indolente contra los colombianos y venezolanos que habitan la frontera. 

Acusar a Colombia de ser la causante de los males que acosan al hermano país no es sólo una mentira sino una barbaridad. 

No es falso que a Venezuela llegaron millones de compatriotas en busca de trabajo y de un mejor vivir. 

Pero no sólo colombianos; también llegaron millones de inmigrantes europeos que han contribuido entre todos a formar la riqueza de un gran país que, lamentablemente, despilfarró el irresponsable régimen dictatorial que preside hoy el señor Maduro.

Los colombianos forman en Venezuela una de las fuerzas laborales más valiosas como es fácil verlo en el comercio, la industria o los servicios personales. Y es natural que en una avalancha tan enorme también llegaron indeseables individuos.

Pero la inseguridad que agobia a Venezuela y que ha hecho de Caracas una de las ciudades más violentas del mundo; la falta de artículos de primera necesidad; el caos de la salud que hace que miles de ciudadanos padezcan sin esperanza a las puertas de los hospitales; el imperio del narcotráfico que compromete a numerosos funcionarios; el contrabando de gasolina y de alimentos que controlan los policiales bolivarianos no se le pueden achacar a los sencillos colombianos que hace décadas llegan a Venezuela.

Este desastre de un régimen que lleva 15 años en el poder no es culpa de la vecina Colombia donde, pese a ser menos rica y padecer un conflicto armado que sí atiza Venezuela, hay mejores condiciones de vida y a donde están llegando muchos venezolanos huyendo de la tragedia que vive su país. 

Lo más lamentable es que frente a las enormes mentiras que pregona el gobierno chavista y sus absurdas acusaciones, la diplomacia colombiana sea tan vacilante y medrosa.

ramirezperez2000@yahoo.com.mx

Temas del Día