Escribarte nació una noche de lluvias ligeras, en La Cachimba de San Juan, sitio de bohemios y trasnochadores. Entre vinos y poemas, se reunieron Pedro Cuadro Herrera (que se nos adelantó en el camino hacia lo desconocido); Raúl Sánchez Acosta, escritor de talla grande (calza 44, según sus propias medidas); Ciro Alfonso Pérez (poeta y presidente perpetuo de la Asociación de Escritores de Norte de Santander); Serafín Bautista Villamizar (siempre metido entre versos y mujeres bonitas), y el que esto escribe. De fondo se escuchaban tangos, con coquetería de mujer bonita y falda a medio muslo.
Se reunieron para ayudarle a Serafo (Serafo es Serafín en lenguaje escribarteño) en la preparación del lanzamiento de uno de sus tantos libros, pero ante la abundancia del vino y los poemas, lo del libro de Serafo pasó a segundo plano, en tanto que tomaba fuerza la idea de conformar un grupo literario.
Debido a que en la Cachimba no fiaban, Escribarte debió buscar otros sitios de reunión, como la Biblioteca Julio Pérez Ferrero y la Academia de Historia de Norte de Santander.
Cuando se marchó sin regreso Pedro Cuadro, aquella silla vacía la ocupó el docente y escritor José Antonio Amaya, quien es, además, historiador de vieja data. Y volvimos a quedar los cinco.
Entre todos, es decir, a diez manos, hemos publicado Invitación a la lluvia (poemas), Al final de la Calle (cuentos) y El hombre que vino del mar (homenaje al compañero Pedro Cuadro Herrera).
Pero Escribarte no se detiene. Ayer, en el colegio Municipal de Bachillerato, Serafín Bautista Villamizar hizo la presentación de su libro Tributo a los amores blindados con la piel del corazón. Se quedó sin título el libro de Serafo, pero es un fiel reflejo de lo que allí se encuentra: poesía, relatos, prosa profunda y amena, conversaciones, enseñanzas. Siempre presente el amor. Siempre presente la nostalgia. Siempre presente la soledad del escritor. Un libro para leer, de cacho a rabo.
Escribarte no se detiene. Mañana, miércoles, a las 7 de la noche, Raúl Sánchez Acosta presentará en sociedad su más reciente creación literaria. Se trata de un libro de cuentos que giran alrededor de la paz, cuentos bien escritos con las vivencias del día a día, los recuerdos de infancia y la persistencia de los sueños, que el autor reúne bajo el título de Hongos Azules en la Noche.
Raúl Sánchez Acosta y Serafín Bautista Villamizar (de Convención el primero, de Arboledas el segundo) ya tienen ganado un sitial de honor en la literatura nortesantandereana. Nacidos ambos en breñas campesinas, se han encumbrado con sus versos y su narrativa a lugares que sólo les son reservados a los brillantes escritores. Y no hablo de la cabeza brillante de Raúl Sánchez, sino de la brillantez con que ambos entregan a sus lectores los más disímiles temas, adornados con el buen decir, la metáfora y el don que tienen de atrapar a sus lectores con la carga de ternura que les ponen a sus escritos. Bien por ellos, y bien por Escribarte.
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