Poco a poco vamos saliendo del túnel en el que nos embutieron los antipatriotas. El proceso de paz no lo volverán trizas, así lo reconocen los punteros de la prueba. Ya nadie discute que hay temas por rectificar y así lo aceptan lasa dos tendencias. Qué bueno hubiera sido, como decía Don Nicolás Colmenares, que en la larga tortura hubiesen tenido en cuenta las recomendaciones de Chucho Bejarano en su manual de La Paz: 1.La formación del Conflicto 2. El análisis de las incompatibilidades 3. La conducta de los contendientes 4. Los elementos de formación de la paz.
Entonces habríamos apretado la formación del conflicto en el que son protagonistas las Farc desde 1945 y la tendencia de todos; rojos y azules para detenerlo.
El Decreto de Rojas 2184 del 53 que amnistiaba a los militares todos desde el golpe a López en el 44 y los Decretos 1823 y 2062 del 54 que amnistió a los guerrilleros liberales y se extendió a la “chulavita”.
Y en la síntesis habrá entrado los Decretos de amnistía 328 de 1958 de Lleras Camargo como solución a la lucha armada, contentivo de semi-amnistías y semi-indultos, llamados así por las condiciones impuestas a los posibles favorecidos, por los delitos contra el Estado cometidos con anterioridad al 15 de octubre de 1958. Decretos a los que les agregó un componente regional, que delegó con el D.2582/58, en los gobernadores la facultad de solicitar suspensión de procesos a los jueces pertinentes y la creación de dos clases de Tribunales de Gracia (azul y rojo) que recomendaban a los gobernadores dictar Resoluciones de Gracia.
Conocida esta historia que Bejarano llamaba la Formación del Conflicto, pues era muy importante analizar las consecuencias de esas amnistías, que mal vigiladas, abandonando el seguimiento del Estado y por la inercia del aparato de seguridad, culminaron en la indefensión y en las masacres de los favorecidos.
Las Farc nacen de uno de esos procesos del Frente Nacional, iniciados con Lleras Camargo. El 11 de enero de 1960 fue asesinado Jacobo Prías Alape en Gaitania, un corregimiento de Planadas Tolima, alias “Charro Negro” que era el esposo de una hermana de Pedro Antonio Marín, alias Manuel Marulanda Vélez “Tirofijo”.
A Lleras Camargo le sucedió nuestro copartidario Guillermo León Valencia y se ordenó el bombardeo de Marquetalia, Rio chiquito y Guayabero que acabaron hasta con los cerdos y la gallinas de “Tirofijo” y así creciendo en la barbarie, llegamos a esta solución del conflicto, que ya nadie hará trizas.
Como ven no son 50 años de guerra, son casi 70. Han pasado muchos procesos, unos exitosos otros decepcionantes. Las recomendaciones de Bejarano han debido leerse, sobre todo, la conducta de los contendientes y elementos de la Paz como el respeto al marco constitucional.
