Uno de los hechos más humillantes para el pueblo alemán después de la derrota de Hitler en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), fue la construcción del Muro de Berlín durante la llamada “guerra fría” entre la Unión Soviética y Estados Unidos, especialmente.
Las potencias aliadas ocuparon el país vencido dividiendo su territorio entre la URSS, cuyo ejército fue el primero en llegar a Berlín, y Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña. Estos últimos unificaron las áreas ocupadas que se convirtieron en la República Federal Alemana (RFA), autónoma, mientras los soviéticos convirtieron su territorio en la República Democrática Alemana (RDA) bajo el gobierno de Moscú.
En 1961, después de que el secretario general del Partido Socialista Unificado de Alemania, el detestable señor Erich Honeker, convenció a los jerarcas de Moscú de establecer un cerco en la frontera entre las dos Alemanias para impedir que sus súbditos siguieran saliendo de su territorio hacia el área libre, se inició la construcción del ignominioso muro cuyo levantamiento se había preparado previamente en secreto. Una noche, sorpresivamente, se tendieron alambres y sembraron postes, de manera que los asombrados ciudadanos amanecieron divididos, y presos los que habitaban el territorio comunista.
La existencia del Muro de Berlín está llena de hechos dolorosos por los incontables intentos de evadirse de muchos habitantes de Alemania del Este que murieron en el intento, bien fuera por accidentes fatales o por las balas asesinas de los soldados de Honeker. Pero, fueron sucediendo acontecimientos políticos que iban a cambiar la historia de Europa.
El sistema político y económico de la Unión Soviética empezó a mostrar su incontenible fracaso en apenas 70 años de existencia, (1918-1989 aprox.), después se haberse sostenido por la criminal dictadura de José Stalin de varias décadas, durante la cual fueron asesinados más de 20 millones de soviéticos por ser opositores o pertenecientes a razas despreciadas. Sus sucesores, contaminados de corrupción e ineficiencia, dieron lugar a la llegada de Mijail Gorbachov quien dio un vuelco al gobierno soviético bajo el concepto de perestroika (apertura), y se inició la desmembración de lo que algunos creían una potencia inextinguible.
La caída del Muro de Berlín fue fruto de un movimiento popular producido el 9 de noviembre de 1989 que desencadenó una cadena de liberaciones de las naciones sometidas al férreo régimen soviético y, prácticamente, dio por terminada la “guerra fría” por la desintegración de la Unión Soviética. Le siguió la unificación de Alemania pocos meses después.
Ningún gobierno ordenó la destrucción del Muro; fue consecuencia del derrumbe de la URSS, en un episodio singular: El 9 de noviembre de 1989 se convocó a una rueda de prensa en Berlín para anunciar las medidas que se estaban tomando en Moscú para facilitar el paso en las fronteras soviéticas, cuando un corresponsal de la agencia italiana de prensa ANSA preguntó al funcionario que presidía la conferencia, Günter Schacbowski, cuándo sería esa apertura y, éste, tomado por sorpresa y nervioso, contestó que ahora mismo.
Al instante, miles de personas que se agolpaban en los puestos fronterizos empezaron a cruzarlos en tropel. Lo soldados comunistas bajaron la guardia y, en Berlín, los ciudadanos iniciaron la destrucción del muro con martillos, porras, picas…Fue el final de un régimen oprobioso.
ramirezperez2000@yahoo.com.mx
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