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El metro de Berlín
Uno de los temas de mayor controversia es el proyecto del Metro que se ha tomado varias veces como propuesta electoral.
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Sábado, 21 de Enero de 2017

Bogotá, que en los últimos años tuvo la mala suerte de ser gobernada por unos alcaldes corruptos, irresponsables e ineptos, ve con esperanza el inicio de un gobierno serio que conoce a fondo sus problemas y posibles soluciones.

Uno de los temas de mayor controversia es el proyecto del Metro que se ha tomado varias veces como propuesta electoral, tal como ocurrió con Samuel Moreno y Gustavo Petro que ganaron con ella las elecciones pero adelantaron las administraciones más corruptas y desastrosas que he tenido la Capital.

La propuesta de Enrique Peñalosa es construir un metro elevado porque su construcción es menos costosa y se adapta mejor a las condiciones físicas, viales y sociales de la ciudad. Sin embargo, con un sesgo político, algunos dirigentes ignorantes o de mala fe les hacen creer los que ese es un proyecto inadecuado y que el mejor  sistema es el subterráneo como existe en las grandes capitales.

El metro Berlín, que empezó a construirse en 1902, es hoy uno de los más eficientes de Europa a pesar de los grandes problemas que tuvo en su desarrollo durante las dos guerras mundiales y la separación de Alemania.

Sea lo primero señalar que es imposible solucionar el problema de transporte de una ciudad con un solo sistema. Por eso, la BVG, el sistema de Trasportes Públicos Berlineses, no sólo administra el Metro sino también la línea de autobuses, tranvías y ferry. Además, una entidad complementaria se encarga del tren de cercanías. De tal suerte que la capital cuenta con una red de 1626 kms. de autobuses; 286 kms, en tranvías; 330 kms. en trenes y 145 kms. en el sistema de metro.

Pretender, como lo afirman algunos, que sólo el Metro de Bogotá solucionará el sistema vial es una gran inexactitud. Por cierto, en Colombia somos dados a acabar una obra para empezar otra, como ocurrió con los ferrocarriles nacionales, la navegación fluvial o los cables aéreos. Por eso, quienes sugieren que se acabe Transmilenio para empezar con el metro, padecen de una ignorancia supina o son malintencionados.

Pero, hay unos datos más que conviene resaltar: El metro de Berlín tiene hoy el doble de sus vías de manera superficial en relación con los tramos subterráneos. Por otra parte, en antiguas estaciones se han hecho enormes obras de remodelación en asociación entre el gobierno de Berlín y el sector privado, como en la estación subterránea de Potsdamer Platz que es un ejemplo impresionante de remodelación urbana.

Y para aludir al problema de los colados de Bogotá, en Berlín el sistema de tiquetes del metro es totalmente automatizado. El usuario se acerca a las máquinas dispensadores, introduce el valor correspondiente y retira su boleto. Luego, en un escáner cercano lo registra y pasa a los corredores de los trenes. No hay vigilancia. El ciudadano podría pasar sin tiquete y subirse a los vagones. Esporádicamente, algún inspector pide los boletos de manera aleatoria. Esa es la cultura de un pueblo que ha tenido que reconstruirse varias veces con sudor y lágrimas.

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