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El gran cambio
La incidencia del coronavirus en los cambios de protocolo ha llegado al punto de eliminar los contactos de los rostros en los saludos.
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Sábado, 7 de Marzo de 2020

El mundo está en constante alerta para protegerse del coronavirus, el cual no respeta fronteras ni distingue estratos para expandirse. Cada día los países invadidos van en aumento, así como las personas afectadas y los muertos.

Los espacios deportivos caen entre sus principales víctimas con el anuncio de aplazamientos o cierres definitivos de encuentros en sus diferentes disciplinas, así como el contagio de algunos deportistas. En el campo educativo hasta el jueves se consideraba que unos 300 millones de estudiantes de diferentes países habían sido enviados a sus hogares para protegerlos, mientras en el campo empresarial y bancario se ha implementado el teletrabajo, especialmente en Europa.

Los lugares sagrados no escapan a las amenazas, razón por la cual los protocolos han sido modificados como en el caso de El Vaticano donde las visitas en lugares cerrados con significativa presencia pública se han aplazado. Los protocolos de migración han sido modificados en todos los países.

Pero sin lugar a dudas los peores efectos los ha sufrido la economía a nivel global, la cual ha entrado en pánico   ante el anuncio del Fondo Monetario Internacional-FMI sobre una posible desaceleración mundial y la decisión de la FED de bajar la tasa de referencia en 0.5 puntos. Los resultados registrados en las bolsas de valores de Estados Unidos y Europa confirman esta crisis económica.

El precio del petróleo Brent, referencia para Colombia, cayó por debajo de los 50 dólares y la cotización del dólar rompió récord al abrir ayer a $3.590.

La incidencia del coronavirus en los cambios de protocolo ha llegado al punto de eliminar los contactos de los rostros en los saludos por un choque de manos cerradas, una venia, un cerrar de ojos, un golpe de pies. La sagrada comunión se recibe en la mano.

El cambio ha sido tan drástico que antes se decía salud cuando una persona estornudaba, ahora los presentes huyen en silencio.

Pero como toda regla tiene su excepción, aquí se cumple aquello de que mientras unos lloran otros venden pañuelos.  En esta epidemia está obteniendo utilidades que superan el 1000 por ciento en lo corrido del año, según la bolsa de Paris, la empresa creadora del test para detectar el coronavirus. También ha sido una gran oportunidad para las empresas productoras de los tapabocas.       

¿A dónde iremos a llegar?

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