La prolongada sequía que padece Colombia está produciendo graves daños en los diversos artículos de la producción agropecuaria, y afectando a numerosas poblaciones que ya no cuentan con agua para el consumo diario. ¿Qué se puede hacer?
Lo primero es no esperar a que el gobierno paternalista resuelva solo el problema, como es la tendencia que nos lleva generalmente a esperar con los brazos cruzados la solución de las calamidades que nos afectan.
Hay que hacer un esfuerzo individual para ahorrar agua, disminuir el consumo de energía, evitar los incendios forestales y proteger las cuencas de los ríos, en lo que a cada quien corresponda.
Pero es evidente que somos imprevisivos e insolidarios, y por eso las dificultades siempre nos llegan sin estar preparados. Y esto va para los gobiernos y los ciudadanos porque la manera de gobernar y de actuar de nuestra sociedad es resolver lo inmediato, gastar todo en el día, vivir de repente.
Uno de los factores que impulsan a las sociedades desarrolladas es la existencia de las estaciones, que las obliga a estar preparadas para contar en cada una de ellas con lo necesario. Por ejemplo, en el invierno, cuando no hay producción de alimentos, hay que tener las conservas suficientes para no pasar hambre; es necesario defenderse del frío con la calefacción y las ropas adecuadas, y tener los elementos necesarios para despejar la nieve y poder transitar. Sin todo esto la gente moriría y los países se paralizarían.
¿Qué se hizo en Colombia para enfrentar el Fenómeno del Niño, que sabíamos que llegaría en esta época? Porque hace meses se viene anunciando por parte del gobierno la ocurrencia del fenómeno, pero sólo para lanzar algunas recomendaciones generales. Y claro, en ese corto tiempo no se pueden construir las obras públicas necesarias para aliviar sus efectos.
Ante este problema cabe preguntarse ¿cómo es posible que en Colombia, uno de los países con mayor riqueza hídrica del mundo, como nos ufanamos de repetir, no tenga obras adecuadas de reserva de agua para controlarla en días de inviernos y para poseerla en tiempos de sequía?
Porque, lo paradójico es que tenemos enormes inundaciones en épocas de lluvia y sequías enormes cuando no llueve por un tiempo, y sólo nos quejamos cuando ya no hay remedio.
Vamos a padecer todavía, por un tiempo indeterminado, la escasez actual y sólo podemos hacer ahorros en lo posible y rezar para que termine pronto. Pero sería el momento de que el gobierno empiece a planear las obras que se deben construir para que en el futuro no estemos sometidos a problemas tan graves.
Ojalá no se vaya todo en discursos, y los organismos correspondientes se dediquen a precaver las contingencias del futuro, ahora que empieza el período de las autoridades regionales y locales, y ahora que el gobierno nacional está obteniendo grandes recursos para las obras de infraestructura que llevarán al país por la vía del progreso.
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