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Ejemplos para no imitar
El trancón se convierte en un foco de trauma vehicular a la vista de los responsables, en particular la Policía de Tránsito.
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Sábado, 2 de Junio de 2018

Sobre la Avenida Demetrio Mendoza a la altura del “corazón de la autoridad” en materia de movilidad, se encuentra la Institución Educativa Misael Pastrana Borrero, lugar donde reciben educación cientos de jóvenes que salen de su jornada en hora pico, donde confluyen rutas de servicio público, y principal acceso a la ciudadela de La Libertad.

Es importante aclarar el término corazón de la autoridad, puesto que es allí donde funcionan: el Instituto Nacional de Vías (Invías), la delegación territorial del Ministerio de Transporte, La Policía de Carreteras y el grupo operativo de la Policía de Tránsito. 

Es justamente en ese sitio, donde se genera uno de los peores infartos de movilidad en horas pico, toda vez que allí se estacionan dos y tres buses que transportan a los menores del citado plantel educativo y debido a lo estrecho del carril, se hace imposible avanzar. 

En consecuencia, el trancón se convierte en un foco de trauma vehicular a la vista de los responsables, en particular la Policía de Tránsito.

Recordar que los actores de la movilidad son: el peatón, los biciusuarios, los conductores de transporte público, privado y de carga. En ese grupo, se encuentran los buses que transportan los menores, objeto de la columna y por la misma razón deben ser sujetos a control y orientación. 

Parte de la solución, consiste en que el abordaje de los vehículos que prestan el transporte a los estudiantes, sea realizado desde el interior de la institución, situación que debe tener el apoyo del rector, previa recomendación de la Secretaría de Educación. 

De igual manera, se debe establecer el lugar de espera para los demás vehículos.

Con respecto a la autoridad operativa, debe establecer turnos de control en este y otros sitios donde el desespero generado por las altas temperaturas y la ansiedad de consumir alimentos, transforman a unos y otros, convirtiendo la situación en un campo de batalla.

Por otra parte, sobre la misma avenida, muy cerca del punto de referencia denominado la Silla Coja, jóvenes se atraviesan a los vehículos que llevan la vía, para permitir el paso de aquellos que han tomado rutas menos saturadas, previa entrega de una moneda.

Personalmente, he visto el riesgo que corren estas personas en una ciudad que no despega en cultura, porque pagar para pasar es un acto de corrupción ciudadana y otro ejemplo para no imitar. 

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