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De Maduro al Papa Francisco
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Lunes, 8 de Junio de 2015

Su Santidad:

Déjame decirte que no te pude cumplir la cita que teníamos, por diversos motivos que, con pelos y señales y pelas y señalas, pasaré a explicarte, para que no pienses que se me olvidó, o que le di poca importancia.

No, chamo, yo ante todo soy cumplidor de los compromisos que adquiero, y por mis amigos me doy la pela con tal de no dejarlos solos. Y en esa lista de mis amigos fervorosos estás tú y Dios. Me refiero a Diosdado, a quien el imperialismo yanqui y sus lacayos han querido poner en la picota pública.

Has de saber, Eminencia, que desde Colombia trataron de contaminarme con un virus contra revolucionario, que me mandó a la cama, y me tiene postrado sin poder levantarme. Es el mismo virus con que Santander envenenó a nuestro gran Libertador, Simón Bolívar, y el mismo que Uribe utilizó contra nuestro querido presidente Hugo Chávez. Pero conmigo, ¡mamola!, como dicen allá, pasando la frontera.

Lo que sucede es que en Colombia no me perdonan que yo haya llegado a la presidencia de otro país. Y no hay cuña que más apriete que la del mismo palo. Si yo me hubiera quedado en Cúcuta, donde nací y me crié y tuve mi primer, mi primera novia, no hubiera pasado de chofer de camión.

Pero ya ves, por mis propios esfuerzos y los de mis amigos revolucionarios, he llegado a donde llegué, gracias a Dios, Diosdado, y a Raúl, y al Comandante Hugo, que nunca me abandonó.

A raíz de la entrevista que tú y yo habíamos pactado, aquí se formó todo un zaperoco, organizado desde Colombia por los paramilitares y orquestado por Felipe, el de España, y otros ex presidentes, que no tienen nada que hacer en sus países, y se meten en los asuntos internos del mío.

Han salido con el cuento, ¡líbreme Dios, Diosdado, de semejante atropello! de que aquí en esta Venezuela libre,  hay presos políticos. Y creo que el chisme debe haber llegado hasta El Vaticano. Pero tú que eres una persona justa y chévere, y que estás cerca de Dios, el otro, has de saber que se trata de calumnias de la oposición.

Lo que pasa es que han tratado de darme golpe de estado con algunos vendepatrias que también aquí los hay, y eso no lo permitiremos los herederos de la sangre de nuestro libertador, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad.

Los presos de mi país son tratados con todas las consideraciones del caso, y si algunos han inventado la patraña de una huelga de hambre es simplemente porque no les gusta el menú y quieren que se les cambie, pero tú entenderás que no podemos todas las semanas estarles variando la dieta a esos delincuentes de cuello blanco, representantes de la burguesía internacional.

Te digo todo esto, apreciado amigo ciudadano de esta gran patria americana que soñó Bolívar, para que estés informado y no des crédito a los chismes que te lleguen.

La Virgen de Coromoto, nuestra santa patrona, nos  protege de todo mal y peligro. Y Dios, ambos, proveerán nuestro futuro.

Quedamos pendientes de una próxima cita, algún día en que el virus contra revolucionario no me amenace tan de cerca.   

Que tu paloma, la del Espíritu Santo, y mi pajarito, el de Chávez, nos sigan iluminando por los siglos de los siglos,  amén.

Tu amigo que desea verte para intercambiar bendiciones, NICOLÁS.

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