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Cúcuta la construimos entre todos
La ciudad atraviesa una difícil situación. Pero debemos potenciar nuestra capacidad y no seguir en el debate de lo que está pasando.
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Viernes, 19 de Enero de 2018

El ser humano tiene la capacidad de identificar falencias personales de manera inmediata, y con mayor rigurosidad si se trata de las falencias de otros, contrastando con el grado de dificultad con que reconoce las cosas buenas. Los Coaching trabajan en esta tendencia para revertir el cuadro y llevar a las personas a identificar sus dones o cualidades y potenciarlos, del tal suerte que maximizan las capacidades de sus discípulos.

Cada vez que se abordan los temas de ciudad, sobretodo en tiempos de crísis como los que vivimos  en la actualidad, es muy sencillo salir  lapidariamente a efectuar nuestro diagnóstico situacional, para dejar flotando el balón, en el que creemos equivocadamente es, el campo contrario. Evaluar la crísis e identificar sus elementos no es una tarea dispendiosa, cuenta con la facilidad de la información primaria que cualquier buen transeúnte puede apreciar, y emitir desde esa perspectiva un concepto; esto no exige esfuerzo, menos si en el trascurso de una cuadra has sido abordado por varios adultos, niños o ancianos pidiendo limosna.

La ciudad atraviesa una difícil situación. Pero debemos potenciar nuestra capacidad y no seguir en el debate de lo que está pasando. Es necesario superar el escenario de la inconformidad y la crítica, pues la problemática no es de unos cuantos, sino de todos los que hemos decidido vivir en nuestra ciudad.

La ciudad necesita de buenos ciudadanos, buenos padres, buenos profesionales, de buenos hijos; la ciudad necesita que cada uno dentro de su individualidad sea un generador de riqueza, no traducida exclusivamente en dinero, sino en buenas acciones. Los que toman su tiempo para barrer su acera, los que se guardan el papel y no lo arrojan en la calle, los que respetan las normas de tránsito, los que no agreden a los demás, los que tienen intacta la esperanza, los que ejercen roles de dignidad y gobierno, todos contribuyen a que Cúcuta sea cada día mejor.

Construyamos desde la individualidad, hagamos lo que nos corresponde como ciudadanos, y acompañemos los procesos institucionales que propenden por el bien común. Sin ruborizarnos, digamos NO a los que no suman y con la actitud adecuada creamos en que todos podemos construir la Cúcuta que queremos.

Nuestra ciudad nos ha brindado todo lo que hemos necesitado: salud, educación, hogar, iglesia, amigos y diversión. Todo buen cucuteño ama su tierra, sus tradiciones, sus pasteles, su brisa. Todo buen cucuteño defiende y se enorgullece de su ciudad. Los que se permiten conocerla terminan viviendo en ella y amándola con locura. Cúcuta tiene el encanto macondiano de inspirar a propios y extraños sin saber a ciencia cierta, qué es lo que finalmente tanto nos gusta, Creo que lo primero que debemos potenciar es el amor por nuestra ciudad, porque a Cúcuta la construimos entre todos.

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