“Coronel y coronel” son palabras homógrafas puesto que se escriben de forma idéntica pero tienen diferentes significados y esta coincidencia me motiva a escribir sobre la importancia que tiene la persona que lleva el apellido Coronel y los dos responsables de la movilidad en la ciudad cuyo rango policial es de coronel.
Carlos Eduardo Coronel Gutiérrez es el actual Contralor Municipal de Cúcuta. Sus denuncias sobre presuntas irregularidades en la ejecución presupuestal del ente territorial, ha puesto en serios aprietos a un grupo de funcionarios que para el concepto de la contraloría, no han obrado de la mejor manera. Además, en estos momentos ha puesto de conocimiento público su oposición frente a la licitación de la semaforización con base en sanos criterios que merecen un juicioso análisis en el sentido de definir la conveniencia metropolitana de un proyecto.
Por el lado de la administración municipal y recién posesionado se encuentra el coronel en retiro de la Policía Nacional, Carlos Enrique Villadiego quien por varios años estuvo al frente del segundo cargo más importante de la institución en nuestra ciudad y por eso nada de lo que suceda en materia de movilidad y demás temas le puede parecer nuevo ni extraño.
Como complemento del equipo de trabajo está desde la parte operativa de la Secretaría de Tránsito el coronel Eiver Alonso Moreno que entre otras cosas le tocó la tarea de defender lo indefendible frente al ejercicio de control político que ridículamente le adelantó el Concejo de Cúcuta.
Estamos en manos de personas cuya responsabilidad ciudadana debe ser ejemplo permanente aspecto muy claro y coherente por parte del doctor Carlos Coronel en el desempeño de sus funciones como contralor del municipio. Con respecto a los coroneles de nuestra querida institución policial, percibo que tienen la formación y el temple necesario para domar el inmenso grupo de infractores que diariamente generan caos en la movilidad, pero a todas luces se observa que muchas de las tareas que emprenden estos servidores se opacan misteriosamente y como prueba de lo anterior podemos citar el escaso control para las personas que transportan menores de diez años en motocicleta, el desvencijado anuncio de control a los piques de motocicleta por vías cercanas al comando de Policía y en fin, algo sucede y las órdenes cambian. Eso es lo que se percibe.
Es la oportunidad que tienen los coroneles Villadiego y Eiver Alonso para demostrar su capacidad de organización puesto que de lo contrario, una vez dejen sus cargos no creo que salgan con las mejores calificaciones y no por falta de capacidad sino porque estamos en plena campaña política, temporada en la cual los funcionarios públicos hacen y deshacen para el logro de los objetivos electorales y por eso creo que la tarea que aceptaron estará minada de rabietas por parte del alcalde ante el accionar sus dos coroneles responsables de la movilidad.
