Amigos de Salazar de las Palmas:

Esta  no es una propaganda política. 

No es la invitación a votar por determinado candidato. Ustedes verán a quien eligen. Ese no es mi problema. 

Tampoco es una convocatoria a una manifestación contra las autoridades o a firmar una petición pública. Nada de eso.

Esta carta abierta tiene otros tintes y otras tintas. Otros tintes porque se trata de la cultura salazareña, y otras tintas porque les quiero hablar de un libro sobre la historia de ese pueblo tan hermoso y tan querido por ustedes y todos los que lo conocen.

Ojo al parche. Pasado mañana, jueves, a las 7 de la noche, en el Club del Comercio de Cúcuta, hará su presentación en sociedad un nuevo libro. Pero no es un libro más. 

Es un libro especial, llamado El Obelisco de papel, sobre la historia de su municipio, de ustedes,  de sus abuelos y de todo lo bueno que allá se da. Un  libro que, de seguro, les va a llegar al alma y al bolsillo. 

Al alma, porque habla de ustedes. Al bolsillo, porque es un libro tan bueno que el autor no lo va a regalar, sino a vender. 

El autor es un representante de las nuevas generaciones –ni tan nuevas-, que se derrite de amor por Salazar, su terruño, y se dio a la tarea, desde varios años, de investigar, esculcar archivos, escuchar a los viejos del pueblo, amontonar datos, recoger chismes, inventar otros, meterse a las cocinas y a las oficinas públicas y a las cantinas para grabar lo que allí escuchaba de don fulano o de fulanita. 

Cuando tenía un mamotreto de papeles y de fotos viejas, empezó a escribir este libro  y el resultado es un obelisco, es decir, un monumento en grande a Salazar y a sus gentes.

El man es un ingeniero, docente del Sena y mamador de gallo por excelencia. Se llama Jorge Torres y un día resultó convertido en escritor. Mentiras. La cosa no fue así de fácil. 

Resulta que el tipo es un lector empedernido, amante de la historia y de los chismes, y, con esas bases, no tuvo más remedio sino echar a escribir. 

Algunos de ustedes le dieron coba, y él les creyó, -comió coba- y ustedes regaron el cuento de que Jorge estaba escribiendo un libro sobre Salazar. 

“Ahí va el escritor”, dicen ustedes y le ceden la acera para que pase; las muchachas lo saludan de pico, con la creencia de que están besando a un nobel de literatura; otros lo invitan a sancochos y ustedes no le cobran la cuota porque los escritores no pagan; alguna vez aportó un gallo (que le robó a la mamá del gallinero) y sus amigos músicos le sacaron una canción, que hoy está grabada en disco y ustedes la tienen de canción de moda en su pueblo: El gallo de Jorge. Él sonríe y les sigue la cuerda.  Lo bueno es que él no se las da. Es tan sencillo el hombre, que cuando invita a un tinto o a un masato, paga con las monedas que le saca a un marranito que lleva siempre de alcancía en su bolsillo. Cuando las monedas se agotan, vuelve a sellar el marranito de plástico, y el y su mujer vuelven a echarle monedas.

Decía que el cuento se regó de que Jorge Torres estaba escribiendo un libro sobre Salazar, y ustedes  le preguntaban “¿Qué pasó con el libro, Jorge?”,  y él respondía “Ya casisito”, y en ese cuento pasaban los días, las semanas y los meses. Un día, de tanto esperar el libro, los salazareños inventaron un dicho para aplicarlo a los que se demoran mucho haciendo cualquier cosa o no aparecen con lo prometido: “Está más demorado que el libro de Jorge Torres”.

Pero por fin, el libro apareció. Ya está terminado, hermosamente terminado, y el jueves le hará su lanzamiento oficial con la presencia de todos ustedes, los salazareños residentes en Cúcuta. Los que viven en Salazar, dice Jorge, no se preocupen, porque allá también le hará su lanzamiento. Y habrá francachela y habrá comilona.

El libro, pues, es el acontecimiento del siglo en Salazar. Jamás un libro había despertado tanta expectativa. Y no se van a defraudar. Es lo mejor que se ha escrito sobre tan maravilloso pueblo, de gentes tan amables y mujeres tan bonitas. Se me iba olvidando. Esta carta era para felicitarlos a todos ustedes por tener un escritor de la talla de Jorge Torres, investigador, historiador, profesor, mamador de gallo, el hijo de María Élcida, quien no lo podrá acompañar el jueves por tener otros compromisos en el cielo.

gusgomar@hotmail.com