Se ha especulado mucho sobre el ingreso de Cambio Radical a la coalición de gobierno, con representación política, por supuesto, en la administración, especialmente en el equipo ministerial y el apoyo del Gobierno a algunos proyectos legislativos de interés de este grupo político. Todo ello para garantizar unas mayorías en el Congreso por parte del Gobierno.
Pero lo anterior parece más especulación que realidad, por el momento. Los últimos cambios que anunció el Presidente fue una especie de enroque, por medio del cual traslada al Ministerio del Interior a la actual Ministra del Trabajo, Alicia Arango –con un desempeño aceptable en dicha cartera- y nombra a la actual Ministra del Interior en la Consejería de Derechos Humanos en remplazo del elegido Fiscal General, Francisco Barbosa.
Pero los demás cambios en el gabinete con los que se ha especulado, como los nombres presentados para los mismos por los partidos políticos, sería un cambio demasiado grande en el estilo de conformación del Gobierno, que no se percibe por ahora. Quedan dos carteras por designar, Salud, por retiro de su titular y Trabajo por el cambio de la Ministra Arango, así como la embajada en Washington que tiene una gran importancia para todo gobierno. No es claro que el recambio vaya a afectar, por el momento, al resto del equipo de ministros.
El Presidente Duque optó por un estilo de escogencia del gabinete, que además de darle representación a miembros de su partido, el Centro Democrático en los ministerios más estratégicos y unas representaciones al Partido Conservador, en las demás carteras nombró personas sin militancias partidistas muy definidas y colocando énfasis en el conocimiento del tema.
Esta decisión se reconoció como un cambio relevante del Presidente y una toma de distancia con el estilo tradicional de dar representación política, ‘mermelada’ la han llamado mediáticamente, a los partidos políticos. Y por lo menos hasta el momento, no hay muestras de que esto se vaya a modificar, lo que podría traerle costos políticos mayores que los eventuales beneficios.
Especialmente porque todo indica que a nivel territorial se ha dado esa participación de las fuerzas políticas que apoyan al gobierno al frente de los cargos en las entidades estatales. Y ese mecanismo le ha permitido al Gobierno contar con mayorías para sacar adelante sus iniciativas, con excepción de temas como el de la Paz, que tiene otro tipo de sensibilidades en sectores congresionales de la mayoría de los partidos y en la sociedad.
Siempre he considerado que en las coaliciones de gobierno de diversas fuerzas políticas, es legítima la representación política en diversos cargos, incluido el gabinete ministerial –lo acabamos de ver en España en el gobierno e Pedro Sánchez del PSOE con Unidas Podemos-, por ello no comparto esa estigmatización a los partidos por lo anterior; lo importante es que se haga con transparencia y a la luz del día.
Veremos cómo termina el Presidente de conformar su gabinete y si habrá cambios más allá de las carteras faltantes y especialmente si va a modificar su estilo de designación de sus colaboradores inmediatos. Porque claramente el contenido de sus políticas no se va a modificar, ni la característica de actuar como si fuera un gobierno de partido hegemónico, a pesar de no contar con sólidos apoyos en el Congreso.
Postdata: espero que el nuevo Fiscal General, Francisco Barbosa, actúe en función de sus responsabilidades con el país y en esa medida hay que abrir un compás de espera hasta que se conozcan sus decisiones y acciones que marcarán su gestión. Le deseo buen tino.