Día de por medio, el presidente Petro afirma que se está fraguando un golpe de estado para tumbarlo. Por el contrario, los colombianos lo respaldamos para que termine su mandato constitucional cuyo período termina el 7 de agosto de 2026.

Con respecto a su programa de gobierno también queremos cooperar para que se cumpla, sólo pidiéndole claridad sobre los puntos más importantes. Estamos de acuerdo en que se acabe la pobreza en Colombia, mas no entendemos que se pueda lograr aumentando el desempleo, arruinando a 250.000 pequeñas y medianas empresas, y fustigando a los empresarios honestos que crean fuentes de trabajo. A menos que el presidente sólo quiera acabar la pobreza de los que nombra en su administración.

Es necesario apoyar indeclinablemente al presidente en la lucha contra la corrupción para que actúe sin discriminación contra los delincuentes que se han colado en su gobierno, y apoye a los entes de investigación y a los órganos jurisdiccionales para que se dicten las sanciones pertinentes. Uno de los más grandes males que padece nuestro país es la corrupción enquistada en la política; y erradicar esa deshonestidad es lo que motivó a muchos colombianos a votar por él. También, como él mismo lo afirmó, no pueden ponerse obstáculos a la justicia en los casos que involucran a sus propios familiares.

Al presidente Petro hay que apoyarlo en el control del despilfarro de los dineros públicos: Si los gastos en burocracia improductiva, lujos excesivos, viajes inútiles y diversiones íntimas se redujeran a “sus justas proporciones”, es seguro que no se necesitaría otra reforma tributaria. Poner más impuestos es una gran injusticia cuando la economía está en crisis por causa de las medidas del gobierno, y en vez de aumentar su recaudo, disminuirá porque no se podrán pagar.

Respaldemos al presidente en la erradicación de las prácticas de espionaje que afectan la libertad de expresión y de reunión de los que no pertenecen a su círculo. Hay quienes aseguran que sus teléfonos son interceptados permanentemente, pero es posible que esa acción no obedezca a orden presidencial sino al capricho de sus funcionarios que se toman esa libertad.

Queremos ayudar al presidente a ejercer una de las atribuciones que le otorga el artículo 189 de la Constitución, numeral 10: “Promulgar las leyes, obedecerlas y velar por su estricto cumplimiento”. Algunas veces nos parece entenderle que no está convencido de esta facultad porque actúa contrariando algunas normas y objetando decisiones legítimas de otros órganos del Poder Público.

Y, también, damos un apoyo irrestricto al presidente para que pueda dar cumplimiento a su atribución de “Conservar en todo el territorio el orden público y restablecerlo donde fuere turbado”, (Numeral 4, art. 189 C.N.).

Este es un llamado para que el presidente sienta el acompañamiento de los colombianos en el ejercicio de su mandato que está revestido de derechos y obligaciones en favor de todos sus gobernados. No dude presidente Petro de que respetamos su investidura, pero también le exigimos el riguroso cumplimiento de sus obligaciones y de las leyes con pulcritud, imparcialidad y dignidad. Nadie quiere darle un golpe de Estado sino ayudarlo a que termine su período presidencial.

ramirezperez2000@yahoo.com.mx

Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion