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AGH. Visión de Colombia
Nunca permitieron construir vías modernas y competitivas.
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Miércoles, 17 de Abril de 2019

No hay duda, 28 años de apertura económica han cambiado a Colombia.  Ese capítulo de la Constitución del 91, en Unilibre, siempre me obsesionó discutirlo con mis discípulos, pese a su reacción, pues me tachaban de neoliberal reaccionario. Reacción cordial que hacía interesante la estrategia de evaluar mejor a los contradictores. Era, además, la plenitud de la cátedra libre de esa academia.

Álvaro Gómez Hurtado desde su primera candidatura a la Presidencia, le enseñó a Colombia la formidable pretensión de convertirnos en desarrollistas. Es en este campo, el económico, donde se establece la frontera del conservador y del que no lo es. La banca central, el manejo acertado de la inflación, el gasto público al modelo republicano del “Contract of América” que lo enmarca dentro del riguroso plan de las finanzas públicas y la regla presupuestal. Su insistencia en que la Planeación como única forma de racionalización de los recursos públicos, la inversión en infraestructura sin medida para derrotar el atraso acumulado de una centuria. Solo con planes de Desarrollo se puede ordenar la locura presupuestal de la inversión pública. A todo esto, que al final se impuso en la Constitución del 91, lo burlaban con el remoquete de “Desarrollismo”.

Antes de la Constitución del 91, la economía colombiana inequitativamente se dedicaba a proteger un empresariado parasitario, privilegiado que se atragantaba con el crédito de fomento y los subsidios del Estado, y claro no se interesaban en innovar, en crear. Nunca permitieron construir vías modernas y competitivas, con la peregrina y conformista idea que las malas carreteras les protegían de la competencia externa y desde entonces se nos acumuló el atraso en la infraestructura vial.

He revisado estos apuntes de clase, pues a uno de los candidatos a la Alcaldía muy buen alumno y contradictor en clase, por cierto, le he oído rememorarlos por ahí, lo cual me produce mucha satisfacción, a pesar de no estar en su proyecto.

Sí, la apertura económica en Colombia inspirada por Gómez Hurtado en la Constituyente, tuvo en él una inspiración inglesa en materia agrícola, que eliminó los aranceles proteccionistas elevados, “Corn Laws” y transformó una clase agrícola conformista por una competitiva. Con la Constitución de 1991, hubo relevos empresariales, las nuevas generaciones están abiertas al mundo, innovando y creando, abiertas al mundo, modernizando el aparato productivo. Quienes no lo hacen perecen. Que la apertura ¿ha afectado el empleo? No parece, hubo un periodo duro 1994 y 1995, pero de allí en adelante se ha corregido y se ha establecido que el enemigo del empleo es la regulación laboral siempre más absurda. Unas reformas que deberá emprender Duque, para estimular el empleo y de otra para una mejor mirada al renglón de la producción agrícola y a la sustitución de esas importaciones. Ahora, la mirada local, nos indica que no hemos entendido, pese a 28 años de experiencia, que tenemos que ser competitivos y abandonar el asistencialismo.

Así pensaba Gómez Hurtado. 

Adenda. A propósito del incendio de “Notre Dame du Paris”, Un Buen libro para este viernes Santo: “Arde París” de Larry Collins y Dominique La Pierre.

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