Con el inicio del segundo ciclo de conversaciones entre el Gobierno Nacional y la guerrilla del ELN en México, se vuelve a poner sobre la mesa puntos fundamentales frente a una posible negociación del cese al fuego bilateral.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, sería el octavo mandatario en intentar reanudar las negociaciones con el ELN, la guerrilla más antigua de Colombia, luego de que los diálogos fueran suspendidos durante el gobierno de Iván Duque en 2019.
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La segunda fase de diálogos, que inició el pasado lunes 13 de febrero en Ciudad de México y que cuenta con delegaciones de ambas partes, se ha venido adelantando en el marco de la política de Gobierno denominada como ‘Paz Total’, iniciativa que ha sido blanco de críticas.
Los opositores presentan dos reclamos principales: en primer lugar, argumentan que no está claro cómo, en esta ocasión, sí se garantizaría el cumplimiento de los acuerdos. En segundo lugar, cuestionan la disposición del Gobierno a negociar con grupos criminales que se dedican principalmente al narcotráfico, la extorsión y la minería ilegal.
Particularidades del Eln
El Eln es una guerrilla con características distintas a las extintas Farc, con quienes el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos firmó un acuerdo en 2016.
De acuerdo con un reciente informe presentado por la Fundación Ideas para la Paz, denominado ‘¿Es posible un cese al fuego con el Eln?’, en este momento esta guerrilla es un grupo insurgente “mucho más robusto militar y económicamente que en 2018”, cuyas características cambian según su ubicación geográfica. Por ejemplo, ahora la organización es mucho más fuerte en el Frente Oriente (Arauca, Catatumbo, Casanare), debido a la expansión de su poder más allá de la frontera venezolana.
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Este mismo documento señala que, “aunque en su discurso lo nieguen, el grupo es cercano a diversas economías como el narcotráfico, la minería ilegal, el control de pasos fronterizos o el contrabando”.
Al respecto, Andrés Macías Tolosa, docente-investigador y doctor en estudios de paz y conflicto, señala que negociar con el Eln puede llegar a ser mucho más complejo que con las FARC, debido a “la estructura más federada del Eln y no tan piramidal como lo eran las Farc. Eso hace más difícil llegar a consensos y decisiones que apruebe todo el grupo ilegal y puede hacer más factible el surgimiento de visiones contrapuestas o divisiones internas durante el proceso”.
Diferencias entre cese al fuego y cese de hostilidades
El Gobierno Nacional ha destacado la importancia de incluir el término “cese bilateral de hostilidades” en los acuerdos en curso. Esta distinción es significativa, ya que no solo implicaría la suspensión de las actividades bélicas entre los grupos armados ilegales y la Fuerza Pública -lo que es el cese al fuego-, sino también contemplaría la suspensión de los ataques contra la población civil y otras actividades ilegales, como el secuestro, el reclutamiento de menores y la extorsión, entre otros.
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De acuerdo con Macías, al Eln le interesaría un cese al fuego bilateral, pero “no un acuerdo más amplio como el que el Gobierno anunció; no creo que en este momento, cuando están empezando las negociaciones, el Eln esté interesado en comprometerse a no adelantar ninguna acción asociada a la explotación de rentas criminales”.
Vale señalar que un cese al fuego bilateral no garantiza que los enfrentamientos del Eln con otros grupos armados se detengan. Este tipo de disputas, entre grupos armados al margen de la ley, suelen ser uno de los principales escenarios de violencia en Colombia.
Dudas sobre la representación de todos los frentes
A pesar de que existe una delegación que actualmente representa al grupo armado en las conversaciones con el Gobierno, han surgido preguntas sobre la representación del Frente Oriental en la mesa de diálogos.
El Frente Oriental es uno de los bloques con mayor presencia en la zona fronteriza con Venezuela y ejerce su influencia en distintas regiones, abarcando los departamentos de Arauca, Boyacá y Casanare en Colombia, así como los estados de Apure, Táchira y Amazonas en Venezuela.
Además, los frentes Oriental y Nororiental han rechazado previos intentos de negociación. Según el informe ‘Venezuela, Colombia y el Eln en la encrucijada de la paz’, de InSight Crime, en la conferencia del 50 aniversario del Eln en 2015, “ambos frentes votaron en contra de las conversaciones de paz”. Esto hace difícil alcanzar un acuerdo en su totalidad sin la presencia de un delegado que represente a estos frentes.
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Alias ‘Pablito’, uno de los representantes más importantes de este bloque, aún no se ha pronunciado acerca de las conversaciones de paz adelantadas por las partes.
De igual modo, esta misma investigación señala que este frente sería el responsable del atentado a la escuela de cadetes de policía de Bogotá en 2019, suceso que dilapidó los avances de los acuerdos de paz iniciados en 2017.
Para Camilo González Posso, presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), es poco probable que esta semana el Gobierno haga algún anuncio como el de pactar un cese al fuego bilateral. Sin embargo, señala que la población sí está esperando un pronunciamiento por parte del ELN, que apunte a la disminución de violencia en sus territorios.
González Posso enfatiza en la importancia de propiciar un ambiente sin ataques para mejorar el clima de las conversaciones y brindar a la población mayores garantías en sus territorios.
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