La investigación por el envenenamiento de dos menores en el norte de Bogotá tomó un giro decisivo luego de que la Fiscalía reconstruyera el recorrido del paquete de frambuesas contaminadas con talio.
Con esa trazabilidad, los agentes llegaron a un edificio ubicado en las cercanías del parque de la 93, lugar señalado por el domiciliario que entregó el encargo el pasado 3 de abril. El trabajador aseguró recordar con claridad la entrega y la asoció con un apartamento de ese sector.
Durante su testimonio, el repartidor añadió un elemento que despertó el interés de los investigadores: antes de llegar al edificio, recibió una llamada que le resultó inusual.
Una fuente cercana al caso explicó a El Tiempo que uno de los números que lo contactó para coordinar la entrega habría sido utilizado desde Argentina, país que figura entre los últimos movimientos migratorios de Zulma Guzmán Castro, hoy prófuga y con orden de captura internacional.
Ese dato coincide con mensajes que comenzaron a difundirse luego de que la orden de captura se hiciera pública. En los textos, atribuidos a Guzmán Castro, la empresaria niega cualquier participación en el crimen, reconoce una relación extramatrimonial con Juan De Bedout y menciona estancias en Argentina. Según El Tiempo, ese país aparece en sus entradas y salidas del territorio tanto antes como después del doble homicidio, junto con viajes registrados a Brasil, España y el Reino Unido.
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Así avanza la investigación
En paralelo, la Fiscalía avanzó en otras líneas de indagación. En el edificio de la 93, la comisión judicial fue atendida por un hombre que dijo conocer a Guzmán Castro y afirmó que en ese lugar se ofrecen “servicios de guía espiritual y mentalismo”.
Las autoridades, según el diario, solicitaron autorización para inspeccionar comunicaciones y mensajes de personas vinculadas al inmueble. Asimismo, ya cuentan con registros de varias compras de frambuesas congeladas hechas por la empresaria, incluidas adquisiciones del 25 y 26 de marzo, además de videos que confirman la entrega del paquete el 3 de abril.
El abogado de la familia De Bedout, Fabio Humar, ratificó a CityTV la información publicada por el diario sobre el domicilio y el comportamiento del repartidor. De acuerdo con el medio, los análisis toxicológicos iniciales detectaron la presencia de talio, un metal extremadamente difícil de rastrear por no tener olor, color ni sabor.
Las autoridades continúan reconstruyendo los movimientos, contactos y compras previas al crimen, mientras la búsqueda internacional de Guzmán Castro sigue activa.
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