La historia de la monja más hermosa del mundo
El giro definitivo llegó alrededor de los 18 años. Kamila se acercó con más fuerza a la Iglesia, empezó a rezar el rosario y a participar en grupos de oración. Un día, durante una homilía, vio pasar a una monja y algo hizo clic: se imaginó a sí misma con hábito y velo, dedicando su vida al servicio religioso.
Tiempo después dejó las pasarelas, entró a una comunidad religiosa y adoptó el nombre de Eva, inspirado en la figura bíblica. Hoy, cuando habla de su vocación, suele repetir que ser “esposa de Jesús” es, para ella, una de las experiencias más hermosas que una persona puede vivir.
Actualmente, la joven forma parte de la Congregación Sancta Dei Genitrix, con presencia en Brasil y fuerte actividad en redes sociales. Distintos reportes periodísticos señalan que se trata de una comunidad católica independiente, sin vínculo institucional con la Iglesia Católica Apostólica Romana, aunque conserva símbolos y estética similares.
Lejos de desaparecer del radar público, la hermana Eva se ha convertido en un rostro reconocible en plataformas como Instagram y TikTok. Allí comparte fragmentos de su día a día, mensajes de fe y videos de las jornadas en las que, junto a otras religiosas, vende artículos religiosos para financiar obras sociales y la construcción de un convento en la zona de Sol Nascente, en Brasilia, considerada una de las favelas horizontales más grandes de América Latina.
Los comentarios se repiten: usuarios que la llaman “la monja más hermosa que he visto”, otros que aseguran que su historia los inspira a acercarse a la espiritualidad, y no faltan quienes especulan, incluso, con que su imagen parece generada por inteligencia artificial.
Entérese: Colombia implementa sistema de citas consulares con reconocimiento facial para evitar intermediarios: así funcionará
Más allá del apodo de “monja modelo”, la joven insiste en que su prioridad no es la fama, sino el mensaje que transmite: una vida de oración, trabajo social y servicio en comunidades vulnerables.
Mientras su historia sigue dando la vuelta al mundo en portales de noticias y videos cortos, la hermana Eva continúa con su rutina: oración, labores comunitarias y evangelización “de tú a tú” en las calles y negocios donde ofrece rosarios y escapularios.
“Encontré la verdadera belleza en el silencio, la oración y el servicio”, ha dicho a medios locales, dejando claro que, para ella, el cambio de las pasarelas al convento no fue una renuncia, sino una elección de plenitud.
Y aunque las redes insistan en definirla como “la monja más hermosa”, Kamila Rodrigues —hoy hermana Eva— parece tenerlo claro: su historia no va solo de apariencia, sino de una decisión radical sobre cómo quiere vivir y qué quiere compartir con el mundo.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion.