En 1990 se construyeron las primeras casas en lo que hoy es el barrio Carlos Pizarro, en la comuna 6 de Cúcuta. De acuerdo con registros históricos, el sector recibió este nombre en honor al candidato presidencial y excomandante del extinto grupo M-19.
Según recordaron algunos vecinos, las primeras personas que habitaron el sector eran precisamente miembros de esta organización, quienes ya habían dejado las armas. Explicaron que, para esa época, la mayoría de las viviendas estaban construidas en madera y láminas de zinc.
Residentes señalaron que durante varios años el barrio no contó con vías, por lo que todo eran caminos de barro. Agregaron que, como consecuencia de ello, surgieron las primeras rutas de transporte improvisadas. “En la década de 1990 había pequeños camiones que nos transportaban hacia el centro y viceversa”, puntualizó un habitante.
La comunidad destacó que esta situación comenzó a cambiar en 2004, cuando el entonces alcalde Ramiro Suárez pavimentó las calles mediante el plan comunidad–gobierno. Igualmente, durante su gestión entregó una de las primeras tiendas del sector.
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Otros puntos importantes para los habitantes son la iglesia Jesús de Nazareth y el colegio Laura Vicuña, construidos hacia finales del siglo XIX. Fuentes detallaron que la iglesia se edificó gracias a la gestión del padre Fabián Staper, mientras que el colegio fue una obra liderada por la Trigésima Brigada del Ejército Nacional. Actualmente, Carlos Pizarro cuenta con más de 600 viviendas y 1.400 habitantes. Para conmemorar su historia, los vecinos celebran el cumpleaños del barrio cada 14 de septiembre.
Lo bueno
El aspecto que más resaltan los habitantes es la cantidad de comercios en la zona, especialmente en la avenida 12, donde hay cerca de 100 establecimientos que contribuyen al desarrollo económico y social.
Ciudadanos mencionaron que el mayor crecimiento se ha dado en los últimos siete años y precisaron que, en las fechas cercanas a la Navidad, muchas personas se dedican a la venta de velas, flores y otras decoraciones para el hogar.
Jesús Gonzales, comerciante, destacó la importancia de la iglesia para la comunidad, pues constantemente realizan actividades sociales. “Cuando alguien atraviesa dificultades, el padre lo comunica en el templo y las personas procuramos ayudar con lo que esté a nuestro alcance”, indicó.