Francisco Antonio Rincón Meneses, de 78 años, y comerciante ocañero, fue secuestrado la noche del lunes, cuando se dirigía a su finca, ubicada en la vereda Oropoma, zona rural de Ábrego.
Se conoció que hombres armados llegaron hasta la parcela y se lo llevaron a la fuerza. Los familiares al percatarse de la situación, alertaron a las autoridades, por lo que de inmediato se activó un plan candado para evitar el traslado hacia la zona montañosa del Catatumbo.
La dirección antisecuestro del Gaula, de la Policía, conjuntamente con el Ejército, adelantaban ayer operaciones para dar con el paradero del adulto mayor, quien sufre de enfermedades agudas respiratorias y no puede ser sometido a largas caminatas. Además, enfrenta problemas de diabetes e hipertensión.
Allegados a la familia solicitaron el respeto a la vida y la pronta liberación de su ser querido sano y salvó.
Hasta el momento ningún grupo armado ilegal que delinque en la zona se ha atribuido el plagio.
Los secuestradores estarían exigiendo una elevada suma de dinero por la pronta libertad, en lo que se ha denominado un ‘secuestro exprés’.
Otros secuestros
Pese al aumento del pie de fuerza y las operaciones especiales, el flagelo del secuestro se registra con mayor intensidad en esta zona de la región.
El 19 de marzo del año pasado fue secuestrado el avicultor Evangelista Bohórquez Contreras, de 72 años.
Este hombre ha pasado la pandemia en cautiverio y los familiares piden que como un acto humanitario lo devuelvan al seno del hogar, porque sufre de hipertensión.
Pero este no ha sido el único caso, varias personas han sido secuestradas en medio de la pandemia, directamente en la zona del Catatumbo, en donde hay presencia del Eln, Los Pelusos, disidencia de las Farc y bandas delincuenciales.
El presidente de la Asociación de Comerciantes de Ocaña, Javier Ortiz Navarro, denunció la manera en la que los afiliados, en su afán de reponerse de las grandes pérdidas ocasionadas por la pandemia caen fácilmente en la trampa de amenazas y extorsiones.