El compromiso de la industria farmacéutica tiene como foco la innovación, encaminada a la búsqueda de soluciones que garanticen el completo acceso de los pacientes a tratamientos para enfermedades complejas, contribuyendo así con la transformación de los sistemas de atención médico-sanitaria.
En este sentido, la producción de biosimilares, fármacos equivalentes en propiedades, calidad, eficacia y seguridad a un medicamento biológico, juega un papel determinante. Según el Dr. Diego Rosselli, neurólogo del departamento de Epidemiología Clínica y Bioestadística de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Javeriana, “La introducción de biosimilares en el mercado nacional, supone grandes beneficios a nivel microeconómico, al representar un ahorro significativo para el paciente y a nivel macroeconómico, al contribuir con la optimización de los recursos de los sistemas de salud.
En condiciones de competencia, los precios de estos medicamentos podrían disminuir en promedio entre un 30% y un 60% con respecto al biológico de referencia”.
Los medicamentos biológicos han revolucionado el tratamiento de decenas de enfermedades reumatológicas, endocrinológicas y oncológicas, entre otras, y para muchos pacientes el desarrollo y aprobación de biosimilares ha aumentado el acceso a dichos tratamientos y adicionalmente liberado recursos financieros a los sistemas de salud nacionales alrededor del mundo.
Según el artículo publicado en la revista oficial de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, en su número de mayo del año anterior, “Un análisis retrospectivo de datos españoles estimó el ahorro derivado de la aparición de los biosimilares en 479 millones de euros para el periodo 2009-2016… El mismo análisis estimó un ahorro de 1.965 millones de euros para el periodo 2017-2020, por la aparición de biosimilares para el tratamiento de patologías muy prevalentes y/o que actualmente se tratan con biológicos originales de precio elevado.”, lo que da cuenta del Impacto que puede llegar a tener el acceso a medicamentos biosimilares en el gasto farmacéutico.
Los biosimilares son biológicos que se producen cuando la patente del medicamento de referencia se vence. Estos, son obtenidos de proteínas naturales de bacterias, levaduras y células humanas, mediante procesos concebidos y ejecutados como prácticas responsables. “Los biosimilares son altamente similares a los biológicos de referencia, surgen de un proceso científico, sistemático y riguroso en su desarrollo y aprobación”, asegura el Dr. Andrés Zuluaga, médico cirujano de la Universidad de Antioquia, Magister en ciencias básicas biomédicas.
Sólo después de un exhaustivo proceso de validación de calidad en su estructura molecular y funcionalidad biológica, los medicamentos biosimilares alcanzan la autorización de la European Medicine Agency (EMA). “La aprobación de los biosimilares requiere información analítica, funcional, preclínica y clínica que incluye entre 40 y 105 estudios que soportan las características de comparabilidad, eficacia y seguridad”, agrega el Dr. Zuluaga.
Por otra parte, los biosimilares permiten aumentar el acceso de pacientes a tratamientos innovadores, ya que, al promover la competencia en el mercado farmacéutico, contribuyen a incentivar la investigación de nuevos productos por parte de la industria, lo que sin duda genera beneficios para los pacientes. “El ahorro derivado directa o indirectamente de los biosimilares libera recursos que pueden invertirse en nuevos tratamientos o tecnologías sanitarias originales”, según la publicación de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria.