La fórmula contra el crimen
El coronel Libardo Ojeda ve la inseguridad como una enfermedad que se puede atender con paliativos o tratamientos más agresivos, pero que garanticen soluciones de raíz. Él le apuesta a la segunda opción.
“La inseguridad es una enfermedad. Y la policía de vigilancia es el acetaminofén, es lo que calma el dolor. Pero lo que erradica la enfermedad es la inteligencia y la policía judicial”, afirmó.
Explicó que esta última fue la fórmula que aplicó como comandante de la Policía del Tolima y es la misma que aspira implementar en Cúcuta y su área metropolitana, sobre todo cuando el 80% de los homicidios -dijo- obedecen a sicariatos, y es a través de trabajos de inteligencia que se puede llegar a los responsables.
Dejó claro que apuesta a “construir sobre lo construído”, es decir, trabajar sobre las estrategias implementadas por el general William Quintero, pero imprimiéndole el sello personal, con el fortalecimiento de los equipos de operaciones especiales como Sijin, Dipol y Gaula.
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Advirtió que podrían hacerse algunos ajustes, como aumentar la presencia policial en las calles, para que la comunidad sienta una institución más cercana.
Por otra parte, indicó que a lo largo de su carrera no solo se ha preparado en aspectos de inteligencia, sino también en la lucha contra el terrorismo y el narcoráfico, dos espcialidades que responden a la exigencia de un territorio como Cúcuta, donde confluyen diferentes actores y dinamizadores del crimen.
Capacidades óptimas
El coronel no encuentra reparos en el equipo de trabajo que consigue. Destacó que encuentra pie de fuerza robusto, de 3.500 hombres, con el que espera ejecutar de manera satisfactoria las estrategias implementadas dentro del plan de seguridad Cúcuta, territorio seguro.
“Agradezco las gestiones hechas por el general Quintero, porque me dejó muy buenas herramientas de trabajo”, resaltó Ojeda.