Los desplazamientos forzados que se han registrado desde el pasado 14 de diciembre, a raíz de las confrontaciones armadas entre guerrillas del Eln y el Frente 33 de las disidencias de las Farc en la región del Catatumbo, mantienen en vilo a esta zona del nororiente del país.
De acuerdo con los reportes más recientes de las autoridades, los combates no cesan y continúan los desplazamientos de familias hacia los cascos urbanos de municipios como El Tarra, Tibú, Ocaña y Cúcuta.
Cientos de personas han tenido que abandonar sus hogares debido al recrudecimiento del conflicto. El temor se intensifica durante las noches, cuando los habitantes aseguran escuchar el sobrevuelo de drones sobre sus viviendas.
El defensor del Pueblo en Cúcuta, Pepe Ruiz Paredes, aunque no entregó una cifra exacta, confirmó que “a Cúcuta siguen llegando personas desplazadas todos los días”.
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Un líder comunitario de la zona explicó a La Opinión que la población está saliendo principalmente por razones de seguridad. “La gente se está desplazando por su protección, pero el mayor temor es la carretera. Al quedar en medio del conflicto, muchos prefieren no movilizarse y mantenerse alejados de estos lugares”, señaló.
En las últimas horas fueron incinerados dos vehículos en la vía que comunica a Tibú con el corregimiento de La Gabarra, un corredor utilizado por los ciudadanos para intentar ponerse a salvo de los grupos armados ilegales.
Impactan infrastructura petrolera
El secretario de Seguridad de Norte de Santander, George Quintero, informó que en esa zona también se encuentra un campo de Ecopetrol y que, producto de los disparos, uno de los tanques resultó impactado, lo que ocasionó un derrame de petróleo. “Una cuadrilla se desplazó para realizar las reparaciones y, en ese momento, los grupos armados obligaron a descender a las personas y posteriormente incineraron dos vehículos que se encontraban en el lugar”, explicó.
En el albergue Papa Francisco, ubicado en el municipio de Tibú, han sido acogidas cerca de 300 familias. Entretanto, a Cúcuta continúan llegando personas desplazadas, pese a que la ciudad no cuenta con albergues habilitados, por lo que muchas deben refugiarse en viviendas de familiares y conocidos.
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El secretario de Posconflicto y Cultura de Paz de Cúcuta, Leandro Ugarte, informó que, en el marco del seguimiento permanente a la situación de desplazamiento en el Catatumbo, la administración municipal consolidó un reporte correspondiente al periodo comprendido entre el 22 y el 26 de diciembre. Durante esos días, 80 núcleos familiares llegaron a la ciudad y realizaron el proceso de caracterización ante la Personería Municipal y la Defensoría del Pueblo, con acompañamiento de la Procuraduría General de la Nación.
Estos hogares, integrados por más de 130 personas, han recibido atención humanitaria por parte de la administración municipal, consistente en la entrega de kits de aseo, alimentación y hábitat, como parte de la respuesta institucional para garantizar una atención digna y oportuna.
Actualmente, las personas que han llegado a la ciudad se encuentran alojadas con familiares y amigos, mientras avanzan los procesos de acompañamiento institucional y articulación interinstitucional para la atención integral de esta población.
La Alcaldía de San José de Cúcuta mantiene un seguimiento permanente a la llegada de personas provenientes del Catatumbo y reafirma su compromiso de continuar articulando esfuerzos institucionales para brindar una atención oportuna, humanitaria y respetuosa de los derechos de estas personas.
Ejército mantiene fuerte embestida
Para garantizar la salida segura de las personas en las zonas rurales donde se han presentado enfrentamientos, el brigadier general Rodolfo Morales Franco, comandante de la Segunda División del Ejército Nacional, indicó que se adelantan acciones conjuntas con la Fuerza Aeroespacial Colombiana y la Policía Nacional. “Estamos brindando seguridad mediante puestos de control y sobrevuelos en los corredores Cúcuta–Tibú y Tibú–La Gabarra”, precisó.
No obstante, según líderes comunitarios, más de mil familias permanecen confinadas en sectores donde los grupos armados continúan enfrentándose.