Desde la media mañana del primero de agosto cuando el país se enteró que Álvaro Uribe, el expresidente que gobernó a Colombia entre 2002 y 2010, había sido condenado por la jueza Sandra Heredia, por los delitos de soborno de testigos y fraude procesal, se estaba dando la partida formal al capítulo político de esta larga historia judicial.
Si bien el fallo de primera instancia fue apelado por la defensa del exmandatario, los efectos políticos se empezaron a ver casi de inmediato. Mientras que la togada continuaba la lectura de su fallo de más de 1.100 páginas, el Centro Democrático, el bastión político que fundó Uribe desde 2013, expedía un comunicado en respaldo a su jefe, en el cual decían que es el líder que salvó a Colombia y convocaban a una marcha en su nombre el jueves 7 de agosto, el día que se conmemora la Batalla de Boyacá y la creación del Ejército Nacional.
“Desde el Centro Democrático respetamos las instituciones y creemos en la justicia, pero también estamos convencidos de que hoy se está condenando a un hombre inocente: el presidente Álvaro Uribe Vélez, el líder que salvó a Colombia. Por eso, los invitamos el próximo 7 de agosto a movilizarnos en una gran marcha en todos los rincones del país”, señaló el comunicado.
Y para que no quede duda que este complejo momento es visto como una situación política, el comunicado así lo ratifica, “marcharemos por Álvaro Uribe Vélez, por la democracia y las libertades en Colombia. También para decirle al país que ya falta poco: estamos a poco más de un año de poner fin a la noche oscura. ¡Ojo con el 26!”.
Casi dos meses atrás una situación más había movido los cimientos del Centro Democrático, el atentado del cual fue víctima el senador Miguel Uribe Turbay, uno de los precandidatos presidenciales, quien aún permanece internado bajo cuidados especiales en la Clínica Nueva Santa Fe en donde está empezando a dar muestras de recuperación.
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Aunque los dos hechos son judiciales, uno un fallo y el otro un atentado, le abrieron a la derecha representada en el uribismo una posibilidad de volver a tener un protagonismo notorio para los comicios políticos del 2026, año en el que los colombianos tendrán que renovar al Senado y la Cámara de Representantes, a la vez que escoger al presidente de la República que deberá reemplazar o ratificar la moderna tendencia de la izquierda del progresismo que enarbola Gustavo Petro.
Para el analista Fernando Sanín “el país está entrando nuevamente en la polarización de las elecciones similar a como pasó en el 2022. Tanto el uribismo como el petrismo están teniendo una figuración importante por hechos que sin ser políticos sí impactarán el otro las elecciones”.
Esa postura la comparte el representante antioqueño y alfil clave del Centro Democrático para hacer la oposición, Hernán Cadavid, quien asegura que “el fallo de la juez empezó con una declaración política”. Incluso el viernes antes de que se leyera la parte correspondiente al tiempo y el monto de la condena contra Uribe, hubo un duro contrapunteo entre la juez 44 de Bogotá y el condenado, al momento en que la juez rechazó que el fallo se filtró a los medios de comunicación y relacionó incluso a los hijos del exmandatario, de quienes sostuvo que “no tuvieron la gallardía” de acompañarlo ahí en el tribunal cuando el procesado estuvo presente.
Para el uribismo no queda duda que todo fue tramado desde la Casa de Nariño, mientras que desde la izquierda se asegura que el fallo hizo justicia con miles de víctimas que así lo reclamaban durante años en que se les había ignorado. Estos planteamientos, en opinión del analista Luis Estrada “tendrán impacto no sólo en el discurso político sino en las decisiones que vayan a tomar los colombianos porque por un lado está la bandera de que Uribe y su partido fueron victimizados y desde el petrismo cobrarán que gracias a la persistencia del senador Iván Cepeda se hizo justicia al ser condenado Álvaro Uribe”.
Hace dos semanas incluso el Pacto Histórico se jugó una carta política clave, en su primer convención de Unitarios, que nació de la fusión de partidos como Colombia Humana, Polo Democrático, Unión Patriótica, entre otros, se aprobó que realizarán el 26 de octubre una consulta popular abierta para escoger su candidato presidencial y además la conformación de la lista al Senado de la República.
El único problema que tiene por ahora el petrismo para que le salga ese plan es que el Consejo Nacional Electoral avale la creación de Unitarios, es decir que acepte que esos partidos que estuvieron en la coalición del Pacto Histórico renunciaron a su personería jurídica y tienen todo lo necesario para ser un nuevo partido de izquierda en Colombia.
Por eso es que el nombre del senador Iván Cepeda ha empezado a tomar fuerza para ser el candidato presidencial del petrismo, incluso se habla de que sea proclamado y así no ir a la consulta, la cual le costaría miles de millones de pesos al país. Cepeda es sin duda en este momento el mayor referente de la izquierda, en mediciones de opinión marca mejor que incluso que precandidatos como Gustavo Bolívar, María José Pizarro, Carolina Corcho o Susana Muhamad, quienes han sido de los afectos del jefe del Estado.
Por el lado del uribismo la selección de su candidato presidencial aún es incierta de cuando será. Para algunos opinadores es mejor que eso suceda más adelante porque así se podría conocer el fallo final de la condena a Uribe y así mantener la bandera que es un perseguido del gobierno. Por ahora en el partidor están las senadoras María Fernanda Cabal, Paola Holguín y Paloma Valencia, el senador Andrés Guerra y Miguel Uribe, quien no podría alcanzar a recuperarse para el proceso electoral.
En los corrillos políticos se asegura que una carta que tiene el uribismo para las elecciones, bien sea para Presidencia de la República o Senado, es Claudia Tarazona, la esposa del senador Miguel Uribe, quien ha dado muestra del temple que tiene al estar afrontando una situación como el atentado a su esposo.
Tanto uribismo como petrismo, tienen por ahora un protagonismo particular que les hace figurar más que todo el bloque del centro en donde hay candidatos como Claudia López, David Luna, que están consiguiendo firmas y que no irán para ninguno de los dos extremos, derecha o izquierda.
Aún quedan varios meses para ir conociendo el desarrollo de la campaña presidencial, por ahora lo cierto es que la derecha y la izquierda tienen una ventaja clara frente a otras tendencias, la figuración en la opinión pública que les sirve de referente para bien o para mal, pero son mencionados.
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