Desidia entre los gobernantes de turno
En vano han sido los esfuerzos de voceros cívicos de la región para restaurar la emblemática casona del molino, ante la falta de voluntad de los dirigentes de la región.
Han trascurrido tres décadas de la declaratoria del bien como patrimonio histórico y cultural del municipio de Ocaña con el firme propósito de canalizar recursos para la conservación de la casona, activar una ruta turística y ecológica en la región.
Incluso el promotor cultural, Mario Castellanos Chinchilla, logró incluir la propuesta en el Plan de Ordenamiento Territorial como un corredor que integra varios atractivos del municipio de Ocaña.
“Estoy cansado gestionar recursos para la intervención de las cubiertas, las paredes en tapia apisonadas, las puertas y ventanas estilo colonial, las piedras y el puente de acceso. Todo eso se está cayendo y nadie dice nada”, agrega.
Confiesa que una vez las piedras fueron vendidas a un particular y cuando llevó una camioneta para transportarlas el difunto Pedro Romero se le atravesó al comprador y no permitió que las sacaran del lugar.
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“Creo que ahí están todas completas, no sé la que aparece en el barrio La Gloria, si fue llevada desde El Molino, pero es un patrimonio que amerita salvarlo para convertirlo en un parque linear, un observatorio ecológico, un museo o corredor turístico”, indica el ex concejal de Ocaña quien ha batallado durante 30 años por la restauración.
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